El pasado miércoles 11 de octubre de 2017 Laura (nombre protegido), una mujer de 26 años, fue víctima de un supuesto acoso sexual en las calles del Centro de Quito, frente al Palacio de Carondelet. Después del suceso quiso poner la denuncia en la Fiscalía pero fue imposible.
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Laura, una mujer de Manta, salía de su trabajo para almorzar y decidió en ese momento pasar un momento por la Catedral, iglesia ubicada en la Plaza Grande. Cuando ella se dirigía a las escaleras un hombre se acercó y la sorprendió al levantarle el vestido y tocarle en sus partes íntimas. «Me metió de verdad la mano hasta al frente, fue tan rápido que no sé cómo pasó», indicó la afectada que añadió que sintió asco y que «todo el mundo me vio la nalga en plena luz del día».
Después de este desagradable suceso para Laura, este hombre la empujó para que no lo siguiera. Cuando ella se levantó corrió para alcanzar al hombre que subió por las gradas de la iglesia de la Plaza Grande y según lo relata, «lo agarré de la camisa, estando yo con el tipo se me escapa de nuevo y una señora que vendía chicles junto a dos chicos más me ayudaron a cogerlo».
Cuando Laura tuvo enfrente al agresor, ella comenzó a pegarle. En ese momento llegó la Policía, «yo estaba super mal, estaba llorando en ese momento, estaba super nerviosa y temblando». Después alejaron a la mujer del hombre ya que ella quería seguir golpeándolo por la desesperación e impotencia que sentía.
«Por favor, por favor, no me golpees más», fueron las palabras del agresor ante la reacción de Laura, quien además le reclamaba con desesperación: «¿No tienes madre, esposa, hijas?, ¿por qué me haces esto?, ¿por qué me levantaste el vestido a plena luz del día?, eso no se hace».
Cuando Laura y el hombre se dirigieron a la oficina de la Policía para iniciar el procedimiento legal, este hombre reveló que siguió a la víctima desde su trabajo porque le había gustado y «porque dice que estaba bonita, pero ese no es un motivo para que me hago lo que me hizo», indicó Laura, quién además explicó que el hombre le solicitaba que no pusiera la denuncia.
Sin embargo, Laura no quiso dar un paso atrás y se dirigieron a la Fiscalía para continuar con la denuncia. «En ese momento llegó un abogado. Entré a hablar con la persona que estaba encargada de mi caso. Estábamos listas para preparar la denuncia por acoso sexual».
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Ante los nervios que Laura sentía, explicó que empezó a salir y entrar del lugar y fue ahí cuando preguntó a un policía sobre cómo es el proceso y él respondió «si está dispuesta a poner la denuncia, póngala». Sin embargo, el abogado en ese momento le habría recomendado que no lo haga. «Mejor no te metas en problemas, imagínate que el tipo quiera tomar represalias contigo, te siga y quiera hacerte daño fuera de tu trabajo», cuenta Laura sobre lo que dijo el abogado.
«Pero es que él (el agresor) es un violador en potencia y no pienso en mí, sino que pienso en todas las niñitas que andan con su mama acompañándolas a trabajar por ahí, en el centro histórico. ¿Qué pasa si un día está jugando una niña y se la lleva y viola?. Eso no es justo y quizás Dios me esté poniendo esto como una prueba para que podamos coger a este tipo». respondió Laura al abogado.
En ese momento, Laura decidió regresar más tarde a la Fiscalía con alguien que le asesore mejor. Para hacerlo ella preguntó si podría volver en unas horas para poner la denuncia, un policía le respondió que sí mientras este hombre se encuentre retenido y además le indicó que no debía preocuparse porque el hombre estaría retenido por 24 horas y si era posible tres días.
Sin embargo, cuando Laura regresó a las 20h00 del mismo día, ya habían dejado libre al agresor. «Regresé a las 20h00 y ya lo habían soltado, ni si quiera estuvo 24 horas (…) lo soltaron como si no hubiera hecho absolutamente nada», mencionó Laura.
«Quiero que te quedes tranquila, él no es ningún asesino ni nada por el estilo» cuenta Laura que le dijo un Policía. Pero ella respondió: hay que esperar que el hombre mate a alguna niña, o que viole a alguien para que lo cojan preso o haya algún seguimiento».
Laura se encuentra indignada porque no entiende cómo se permite que la mujer ecuatoriana sufra ese tipo de abusos y que la «Policía y la Fiscalía lo deje pasar así y lo hayan declarado inocente».
Sobre el Acoso Sexual
Artículo 166.- Acoso sexual.- La persona que solicite algún acto de naturaleza sexual, para sí o para un tercero, prevaliéndose de situación de autoridad laboral, docente, religiosa o similar, sea tutora o tutor, curadora o curador, ministros de culto, profesional de la educación o de la salud, personal responsable en la atención y cuidado del paciente o que mantenga vínculo familiar o cualquier otra forma que implique subordinación de la víctima, con la amenaza de causar a la víctima o a un tercero, un mal relacionado con las legítimas expectativas que pueda tener en el ámbito de dicha relación, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. Cuando la víctima sea menor de dieciocho años de edad o persona con discapacidad o cuando la persona no pueda comprender el significado del hecho o por cualquier causa no pueda resistirlo, será sancionada con pena privativa de libertad de tres a cinco años. La persona que solicite favores de naturaleza sexual que atenten contra la integridad sexual de otra persona, y que no se encuentre previsto en el inciso primero de este artículo, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.
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