Los Gobiernos de Ecuador y Perú presentaron el 18 de agosto los «Bosques de paz», una zona de 1,6 millones de hectáreas, convertidas por la Unesco en la primera reserva transfronteriza de la biosfera en Suramérica.
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La presentación del proyecto se efectuó durante la primera reunión de los ministros de Ambiente de Ecuador, Tarsicio Granizo, y de Perú, Elsa Galarza, que hoy tuvo lugar en la ciudad ecuatoriana fronteriza de Macará, en la provincia andina de Loja.
En junio pasado, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró como Reserva de Biosfera Transfronteriza entre Ecuador y Perú a «Bosques de paz», precisó el Ministerio del Ambiente en Quito mediante un comunicado.
«Nos alegra el poder tener una herramienta adicional que es la Reserva de la Biosfera, para poder preservar y cuidar este importante y frágil ecosistema», señaló Granizo durante el encuentro con su par peruana en Macará.
«Gracias a la voluntad, integración y hermandad de ambos pueblos ahora se confirma este evento que, además de cuidar los bosques, presenta una alternativa para el desarrollo sostenible y la conservación de la naturaleza», añadió.
«Bosques de Paz» es una zona conformada por el Bosque Seco del sur de Ecuador, que abarca 501.040 hectáreas, y por la Reserva de Biosfera del Noroeste Amotapes-Manglares, en Perú, con 1.115.948 hectáreas, precisó el Ministerio.
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Estas reservas incluyen territorios de hasta 3.000 metros de altura sobre el nivel, que forman el núcleo de la región endémica de Tumbes, considerado uno de los lugares más biodiversos del mundo.
Los dos países andinos habían entregado en septiembre de 2016 al programa «El Hombre y la Biosfera» de la Unesco, con sede en París, la postulación y fue el pasado 14 de junio cuando se reconoció a «Bosques de Paz» como la primera Reserva de Biosfera Transfronteriza en América del Sur, con una superficie de 1.616.988 hectáreas.
Esta iniciativa binacional «busca convertirse en un espacio territorial con un modelo de gestión participativo y ciudadano en donde se apliquen con éxito los principios de conservación y conectividad ecológica», añadió la fuente.
Asimismo, señaló que otro objetivo es que «las comunidades, instituciones públicas, privadas y población en general, se fortalezcan en lo económico, social y ambiental, con el uso adecuado de la riqueza cultural y la biodiversidad».
EFE
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