Lunes a la madrugada y Xico Canuto estaba al frente de su bar, el Bicho Papão. Hablaba apaciblemente con una de sus empleadas, cuando se escuchó disparos.
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Un hombre encapuchado se acercó caminando, entró por la puerta principal, sacó un arma y le disparó tres veces en la cabeza. Luego se dio vuelta y se fue. Nadie pudo hacer nada.
Canuto murió antes de que llegara la ambulancia. Fortaleza, su ciudad en el estado de Cerá, lo extrañará por su trabajo social en contra del consumo de drogas.
Aún no hay sospechosos. La Policía cree que fue precisamente esa convicción la que lo llevó a la muerte. Los narcotraficantes de la zona lo consideraban un enemigo y ya lo habían amenazado. Todo indica que fueron ellos quienes lo mandaron a matar.
Fuente: Infobae
