Con solamente un kilómetro cuadrado de extensión, la Ciudad Vieja de Jerusalén es un punto obligatorio para quien visite Israel. Cada año millones de turistas recorren sus calles, en las que habitan cerca de 30 mil personas. Durante 2016, 2.9 millones de turistas viajaron a Israel, lo que significó un incremento del 3.9% con respecto al año anterior.
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La seguridad es constante en Jerusalén, tanto en la Ciudad Vieja como en las zonas más recientes. Las calles están vigiladas en todo momento por integrantes de las Fuerzas de Defensa de Israel, quien pueden asistir a los turistas en caso necesario, además de seguridad local. Estos elementos son fáciles de identificar, pues cada uno suele encontrarse uniformado y armado en las calles de la ciudad.
A pesar de esto, existen focos rojos, sobre todo en la Ciudad Vieja. Uno de ellos es la Puerta de Damasco, donde el viernes 16 de junio ocurrió un atentado. Tres hombres de origen palestino atacaron a integrantes de las Fuerzas de Defensa de Israel; dejando una militar muerta y tres heridos.
Sin embargo, la inseguridad en Israel es relativamente baja. Según datos del Ministerio de Defensa, durante 2013 se registraron 31 delitos por cada 100 mil habitantes; según las estimaciones más recientes.
La Puerta de Damasco es una de las zonas donde se han producido más ataques recientemente. 32 incidentes en los últimos dos años y medio, según explicó Gilad Erdan, ministro de Seguridad Pública, quien prometió reforzar la seguridad en el sitio.
“Los asesinatos se han concentrado en esta puerta una y otra vez, se ha convertido en un símbolo del terror”; explicó recientemente Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.
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Jerusalén, punto de encuentro y de conflicto entre religiones
La Ciudad Vieja de Jerusalén está dividida en cuatro barrios: Armenio, donde se encuentra la Catedral de Santiago, una de las más importantes para la cultura armenia. El barrio cristiano, en donde hay importantes recintos como la Iglesia del Santo Sepulcro, lugar en que murió Jesucristo y resucitó; el judío, destacado por el Muro de los Lamentos y el barrio Musulmán, en donde está la Cúpula sobre la Roca.
A pesar de las diferencias, los distintos barrios coinciden en un punto: el comercio. Se pueden encontrar puntos de venta en algún barrio en el que también se venden productos típicos de otra religión.
