Una turista hizo pasar un momento incómodo al presidente de Bulgaria, Rumen Radev, en su visita al pueblo de Strandja.
PUBLICIDAD
El mandatario se encontraba en esa localidad para presenciar un peculiar ritual tradicional que consiste en bailar descalzo sobre brasas.
Durante el recorrido Radev se acercó una joven turista brasileña atraída por la atención que las cámaras estaban prestando al Presidente. En ese momento, empezó una conversación relajada con él sin saber que se trataba del líder del país, informa RT en Español.
La chica se fotografió abrazada al Presidente frente a su esposa y después le preguntó a Radev que por qué era tan importante. «No, yo no soy tan importante. Soy un búlgaro más», contestó el mandatario.