El nuevo paso elevado construido en la Avenida de las Américas y su intersección con la calle Luis Cordero, frente a la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, que sustituye al que colapsó por el terremoto del 16 de abril del 2016, fue abierto al tránsito vehicular a partir de las 11h00, del miércoles 26 de abril, después que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, lo inauguró oficialmente.
PUBLICIDAD
El viaducto de 262 metros de largo, construido totalmente con material metálico para su mayor durabilidad, cuenta con juntas, aisladores sísmicos, amortiguadores, barandas metálicas e iluminación. Adicionalmente, entre las pilas principales del puente elevado se colocó una placa recordatoria en homenaje a las víctimas del terremoto y en especial a los ciudadanos que fallecieron en dicha catástrofe.
Durante la inauguración oficial de la nueva obra ejecutada con recursos municipales, acto al que asistieron también los concejales Luzmila Nicolalde y Manuel Samaniego, así como varios de los asambleístas electos, el burgomaestre precisó que el paso elevado vehicular fue construido de acuerdo con una técnica moderna, no solo constructiva sino también de tráfico a beneficio de los guayaquileños.
Al referirse a las críticas hechas, semanas atrás, por el director del SERCOP, una de ellas, y la más importante a criterio del Primer Personero Municipal, el por qué no se hizo a dedo la contratación, puntualizó que eso se hará en otra parte, pero que en el Municipio de Guayaquil no usa el dedo para señalar contratistas.
PUBLICIDAD
“Esta obra, pese a ser considerada de emergencia, pese a poder haberse hecho a dedo como otros acostumbran, fue asignada en competencia legal al consorcio ganador, el que tenía la experiencia para hacerlo como lo ha demostrado y que, además, ganó con el menor precio”, subrayó el alcalde Nebot, quien recordó que durante el proceso constructivo no se produjo el cierre total de la Avenida de las Américas, “de haberlo hecho, ni la Metrovía hubiera podido pasar por sus respectivos carriles y el embotellamiento sería mayor”.
Finalmente, al referirse a las molestias que pudieren haberse presentado durante el tiempo que duró la construcción del paso elevado, Nebot recordó que “las molestias pasan y el progreso queda”. El moderno paso elevado reemplaza al colapsado construido en 1982.