El edificio Comonsa donde se encuentran las oficinas de la encuestadora Cedatos se mantiene custodiado por la Policía Antimotín en las afueras mientras que en las oficinas de la encuestadora se mantiene siendo allanada y se desconoce el motivo que generó la orden de allanamiento.
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Alrededor del mediodía tres efectivos de criminalística salieron del edifico con una carpeta y documentos y se marcharon en una patrulla de la Policía Nacional.
Una hora más tarde llegó escoltado un fiscal en representación de la Fiscalía General del Estado e ingresó al edificio que se mantiene custodiado y que tiene en sus afueras a pocos manifestantes que le gritan a los policías en defensa de los trabajadores de Cedatos.
Extraoficialmente se maneja según los vecinos del sector que en horas de la mañana sacaron a dos personas detenidas pero la información no ha sido confirmada por la Policía Nacional.
Sobre el allanamiento se especula si el motivo que la generó fue la denuncia hecha por la asambleísta Rosana Alvarado, vicepresidenta de la Asamblea Nacional o las criticas que señaló el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, sobre los resultados que ofreció la encuestadora el pasado domingo en las elecciones.
La denuncia de Alvarado fue la vinculación de la encuestadora con el excandidato opositor Guillermo Lasso, mientras que Pozo expresó que era una irresponsabilidad y una infamia que la empresa emitiera esos resultados que daban como ganador a Lasso y que ocasionaron que el país esté como esté.
Manifestantes apoyan a Cedatos
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Decenas de manifestantes se hicieron presente en las afueras del edificio Comonsa para respaldar a la encuestadora.
«Vimos un movimiento extraño y comenzamos a gritar y la gente comenzó a quedarse aquí», expresó una señora que prefirió quedarse en el anoninato.
«Fuera Correa Fuera», gritaban algunas de las personas que se mantienen a la espera de la salida de los fiscales.
Otros le gritaban a los policías antimotín «ustedes también son ecuatorianos, defiendan al pueblo no al Gobierno».
Policías graban con GoPro
Algunos de los policías que recibían insultos de los manifestantes tenían dos cámaras GoPro y grababan a las personas que los insultaban y nuevamente las guardaban en sus uniformes.