Cuando ven la etiqueta «Hecho en Alemania», los consumidores piensan en «alta calidad y estándares de gran seguridad», según un estudio que ubicó a los productos de ese origen como los número uno en el ranking de valoración internacional. Detrás de Alemania se ubicaron Suiza, la Unión Europea (que tiene identificación propia desde 2003), el Reino Unido, Suecia, Canadá e Italia.
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Uno de los datos más llamativos que mostró la investigación del portal académico Statista, realizada en colaboración con la consultora Dalia Research sobre un total de más de 43.000 personas en 52 países, es que aunque comparten el octavo lugar con Japón y Francia, los Estados Unidos son el fabricante que más atrae a muchos consumidores de América Latina: Argentina, Chile, Brasil, Colombia y Venezuela.
Statista destacó que la identidad de origen cobra cada vez más peso entre el público. Según el sitio de investigaciones económicas, hoy «el significado de una etiqueta es más importante que nunca», porque «el volumen de mercaderías transportadas entre las fronteras nunca fue tan grande como en la última década».
La valoración de una etiqueta expresa la percepción de atributos que van desde el comercio justo a la relación valor/precio, desde el diseño hasta la seguridad. «Esta encuesta global permite una definición confiable del valor estándar de la fuerza de una etiqueta en diferentes países, y una evaluación transparente», según el informe.
El concepto del «Made in» pertenece al Reino Unido, donde surgió a fines del siglo XIX para competir contra las imitaciones de productos que hacía Alemania. Hoy ocupan, respectivamente, los lugares cuatro y uno en la escala de valoración mundial.
Mientras los mexicanos, los canadienses y los estadounidenses prefirieron los artículos fabricados en sus propios países, las variaciones en el mundo revelaron distintos aspectos de la valoración:
China obtuvo la segunda peor reputación, detrás de Irán; no obstante, sus productos son valorados por su precio;
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Los de Suiza encarnan las ideas de autenticidad y símbolo de status;
Los de Italia quedaron entre los preferidos por «su singularidad y su excelente diseño»;
Los de Japón conservaron «el atributo de la tecnología de avanzada»;
Los de Canadá sumaron dos conceptos más recientes: «sustentabilidad y producción justa».
Fuente: Infobae