El Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Livermore publicó varios archivos desclasificados de pruebas nucleares realizadas por el Gobierno estadounidense en la década de 1950.
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Uno de ellos, conocido como ‘Annie’, fue llevado a cabo por las Fuerzas Armadas de EE.UU. el 17 de marzo de 1953 y tenía como objetivo, además de probar las nuevas armas del arsenal nuclear estadounidense, conocer qué le pasaría a una casa durante un estallido de esa magnitud.
Uno de los interrogantes que se planteaban los investigadores de aquella época era saber si existía alguna posibilidad real de sobrevivir a un ataque nuclear si las personas se escondieran, por ejemplo, en el sótano, en el piso superior o en el baño.
De comprobarse, se podían realizar en las casas ciertas modificaciones que las convertirían en verdaderos refugios antinucleares, informa RT.
El desconocimiento por parte de los científicos de la capacidad destructiva de las armas nucleares hacía que durante este tipo de experimentos se probara la ‘supervivencia’ de objetos tan comunes como una lata de cerveza o una caja fuerte.
Con el tiempo y el creciente avance armamentista de las grandes potencias, los militares entendieron que bajo las capacidades existentes, nada ni nadie sobreviviría a un ataque nuclear. Esto quedó demostrado en el video que presentamos a continuación.