Ejecutivos y treintañeros son, en su mayoría, quienes visitan Puerto Sana Ana, zona turística que actuamente es muy visitada por turistas y citadinos en Guayaquil, ciudad costera del Ecuador.
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Dueños de restaurantes hablan de la buena acogida del lugar.
“Cuando empezamos, hace 4 o 5 años, el lugar era muy poco visitado, pero hoy es una zona rica por todo lo que aquí se puede encontrar», comparte Eduardo Mora, propietario del restaurante Malula.
La camaradería, buen servicio y el río Guayas se complementan y brindan un ambiente perfecto a los visitantes que buscan, por lo general, gastronomía gourmet, bebidas tradicionales y, sobre todo, un diálogo ameno.
Mora comenta que el comportamiento de los guayaquileños y extranjeros en Puerto Santa varía según el día.
“Los lunes y martes son más ejecutivos, pues estamos cerca del Hotel Wyndham. Los miércoles y jueves el ambiente se torna más juvenil: gente soltera que sale de las oficinas y busca un buen lugar para entretenerse. Los viernes y sábados el ambiente se vueleve más bohemio”, dice Mora.
El gasto promedio en esta zona de Guayaquil está, por persona, entre los 30 y 50 dólares. Y la permanencia del usuario es de dos horas aproximadamente.
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Lucía Moncayo, de 32 años, es ingeniera en publicidad, comparte que su oficina está cerca de la zona de los restaurantes.
Por ello, por lo menos una o dos veces por semana termina sus días de trabajo disfrutando de una buena sangría helada.
“Para mí es relajante dialogar observando el río Guayas. El lugar se presta para terminar la noche aquí”, comparte.
Ejecutivos como el colombiano Marcos Santos, de 37 años, consideran que la ciudad necesitaba un espacio así.
“Para quienes visitamos Guayaquil una vez por semana por negocios, antes de que esta zona se activara, nos veíamos un poco limitados. Creo que esta es una buena opción de entretenimiento para la clase ejecutiva que después de una larga reunión, por ejemplo, busca un lugar donde estar no más de dos horas, comer bien y disfrutar una bebida”, comenta Santos.
Pero los propitarios de los locales hablan también de los horarios de atención, creen que es necesario que por lo menos en este espacio se extiendan las horas d servicio.
El quiteño Carlos Flores, propietario de Biersal, dice que sería muy positivo que les permitan trabajar hasta pasada las 12 de la noche.
“Nos harían muy bien como comerciantes, pero también el sector se presta porque es turístico”, dice.
Otro de los tema es la seguridad. Y es que el lugar cuenta con guardianía privada, pero existen vendedores de chicles y tabacos, por ejemplo, informales que caminan a lo largo de Puerto Santa Ana y ello no gusta a los comerciantes.