El presidente Rafael Correa agradeció en Nueva York a la comunidad emigrante de ese país por el apoyo a sus diez años de gobierno, que «han sido muy duros, pero muy felices», y les pidió que sigan apoyando su Revolución Ciudadana.
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El mandatario, que visitó Nueva York para recibir en la ONU la presidencia del Grupo 77 más China, también sostuvo un encuentro con entusiastas emigrantes a los que rindió cuentas y habló sobre el conjunto de problemas que ha afrontado Ecuador durante su gestión de gobierno de una década, en particular los últimos dos años en que el país salió exitoso de la «tormenta perfecta».
Se refirió así al desplome de las exportaciones, la caída del precio del barril de petróleo y las materias primas, y el terremoto del 16 de abril del año pasado, del que dijo la recuperación «avanza vertiginosamente».
De acuerdo con Correa, el país ha salido adelante gracias a la Revolución Ciudadana que comenzó cuando llegó al poder en 2007 y que busca que continúe tras las elecciones del próximo 19 de febrero a través del candidato del oficialista movimiento de su Alianza País, el exvicepresidente Lenín Moreno.
Por primera vez en una década, Correa no será candidato en una elección.
«Como el país ya cambió, no somos cobardes, juntos podemos afrontar cualquier dificultad», afirmó ante un público que le vitoreaba, ondeaba banderas y que le esperó desde tres horas antes en la denominada «Noche cultural y encuentro con el Presidente».
«Con la Revolución Ciudadana ya la economía muestra claros signos de recuperación. Hemos superado los momentos más difíciles», dijo Correa, cuya presentación se retrasó más de una hora por una falsa amenaza de bomba.
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Según dijo el mandatario al excusarse por su tardanza, el servicio secreto le mantuvo en una estación de policía cercana a la Universidad Saint John en Queens donde se realizó el acto en lo que se revisaba el lugar.
Correa aseguró además que lo que le «ha dolido en el alma» son los recientes casos de corrupción que han surgido en la petrolera nacional, de los que desvinculó a su administración.
«Jamás les dije que podía garantizarles que no hubiera corrupción. Ningún corrupto tiene marcado el letrero de corrupción en la frente. Sí le dijimos que nunca la toleraríamos», indicó.
Señaló además a los emigrantes, que votan desde el exterior, que «nos han revisado de todos los lados y no han encontrado nada», al asegurarles que su Gobierno no es responsable por esos funcionarios presuntamente corruptos.
«Estas cosas pasan. En China hay pena de muerte para los corruptos y hay corrupción. Es un mal del ser humano y no del Gobierno», dijo al responder a las críticas de la oposición que le acusan de «falta de controles».
«No es un problema de controles sino de valores que tenemos que cambiar pero esas cosas toman tiempo y mientras tanto, cero tolerancia a la corrupción. Los honestos somos más y estamos en Revolución Ciudadana», argumentó.
Mientras Correa estaba en Nueva York se informó en Ecuador de la destitución del fiscal que tenía a su cargo la investigación de la presunta corrupción en la petrolera Petroecuador porque «pretendía dejar fuera del proceso a siete implicados» sin argumentación jurídica ni motivación.
El presidente ecuatoriano se despidió de su público agradeciéndoles por el tiempo compartido. «Han sido diez años muy intensos, muy duros pero felices. Gracias por lo que me han permitido compartir con ustedes, por lo que han hecho por el país y por la Revolución Ciudadana», indicó Correa, que entregará en mayo el poder al ganador de los comicios de febrero.
Fuente: EFE