Julian Assange divulgó hoy, 7 de diciembre del 2016, su declaración a la fiscalía sueca, tras ser interrogado el pasado mes en la embajada ecuatoriana en Londres, en la que reitera su inocencia por el delito sexual que se le atribuye y denuncia lo «abusivo» del caso.
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El fundador de WikiLeaks vive asilado desde hace más de cuatro años en la legación de Ecuador de la capital británica a fin de evitar su entrega a Suecia, que reclamaba su extradición para esclarecer su supuesta implicación en cuatro delitos de naturaleza sexual que él niega.
De esos cuatro delitos, dos por acoso sexual y un tercero por coerción ilegal prescribieron ya el pasado agosto mientras que el más grave, una violación «en grado menor» a una joven mientras dormía, continúa vigente hasta 2020.
El pasado mes, el fiscal ecuatoriano Wilson Toainga tomó declaración al activista, de 45 años, en base a un listado de preguntas formuladas por el Ministerio de Justicia sueco.
Assange explica en el comunicado divulgado hoy cómo mantuvo «relaciones sexuales consensuadas» con una mujer en Suecia y admite que «no podía creerse» los titulares publicados por un tabloide de ese país cinco días después, en los que se indicaba que era sospechoso de un delito sexual.
«Inmediatamente me puse a disposición de las autoridades suecas para aclarar cualquier cuestión que pudieran tener, aunque no tenía la obligación de hacerlo», reveló el activista australiano al prestar su testimonio.
Assange también indicó que ese mismo día (el 21 de agosto de 2010), una fiscal de Estocolmo, Eva Finne, retiró la orden de arresto cursada contra él y que, por ello, llegó a la conclusión de que «al margen del daño ocasionado a nivel mundial» contra su reputación, su vida «volvería a la normalidad».
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Al explicar por qué ahora divulga su testimonio, dijo que hace seis años -el 7 de diciembre de 2010- se le detuvo y encerró «esposado» en la prisión de Wandsworth (Londres) por orden de otra fiscal sueca, Marianne Ny, y que ni entonces, ni ahora, se le ha acusado formalmente de ningún delito.
«Pero no fue hasta seis años después -hace tres semanas- cuando se me interrogó por primera vez», apuntó.
El ex hacker australiano reiteró que es «completamente inocente» y subrayó que durante estos seis años ha pedido que se le tome declaración a fin de poder cerrar la «investigación preliminar», que clausuró inicialmente la citada fiscal Eva Finne y que reabrió posteriormente Marianne Ny.
«Ahora divulgo mi testimonio. El motivo es simple. Quiero que se sepa la verdad sobre lo abusivo que ha sido este proceso. Es más, en el pasado, la fiscalía ha proporcionado de forma parcial información a los tabloides opuestos a mí políticamente», indicó.
El pasado 19 de junio, Assange cumplió cuatro años asilado en esa embajada, tras perder un largo proceso legal en el Reino Unido que falló a favor de su entrega a Suecia.
Assange rechaza esa opción porque teme ser enviado desde allí a EEUU, donde se enfrentaría a un tribunal militar por las miles de filtraciones hechas por su portal sobre el Gobierno norteamericano.
Este mismo año, el jurista español Baltasar Garzón, coordinador del equipo legal de Assange, solicitó a Suecia que anulara la orden europea emitida contra su cliente, en aras de un dictamen emitido por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias.
Ese organismo internacional pidió a los Gobiernos del Reino Unido y Suecia que «pusieran fin a la privación de libertad» del activista y reconocieran su derecho a reclamar una compensación, un dictamen que la ONU calificó de «jurídicamente vinculante».