El secretario de la conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Habitat III, Joan Clos, dijo hoy que unas 100.000 personas asistieron a los actos organizados con motivo de este evento, que concluye hoy en Quito tras cuatro días de debates.
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La cifra incluye a quienes participaron en las reuniones plenarias y de alto nivel, conferencias, debates, mesas redondas y otras actividades, así como a quienes asistieron a actividades paralelas, dentro y fuera del recinto de la conferencia.
La reunión, que se ha desarrollado en torno al urbanismo sostenible, adoptará en su clausura la Nueva Agenda Urbana, un documento que señala, en 175 párrafos, pautas para las dos próximas décadas encaminados a conseguir ciudades equitativas, resilientes, sostenibles e inclusivas.
Unas 35.000 personas se acreditaron para participar en el programa de Hábitat, dijo Clos en conferencia de prensa, e indicó que asistieron al evento delegaciones de 167 países, entre los cuales Colombia, EE.UU., Ecuador, México, Brasil, Perú, Argentina, España, Alemania y Venezuela fueron los que enviaron más delegados.
La Nueva Agenda Urbana, según Clos, será una guía para «lograr grandes avances» hacia una transformación global y un desarrollo sostenible cada vez mayor en los próximos veinte años.
Para dar una idea de la importancia de lograr ese desarrollo urbano sustentable, el secretario general indicó que la urbanización es la fuerza dominante para el cambio del mundo en el siglo 21 y señaló que en la actualidad unos 3.700 millones de personas viven en ciudades, un 55 % de la población mundial.
Se calcula que esta tendencia irá en ascenso y que para el año 2050 los habitantes urbanos podrían ser 7.000 millones, indicó.
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Sobre el carácter no vinculante de la Nueva Agenda Urbana, Clos indicó que en Naciones Unidas existe el acuerdo de que las decisiones en materia de urbanización corresponden a los gobiernos de los países.
Y confió en que los países lleguen a compromisos para aplicar la agenda, que fija cinco puntos que deben tenerse en cuenta: la necesidad de tener políticas urbanísticas nacionales; la revisión sistemática de la legislación sobre la materia; el adecuado diseño y planificación urbana; la financiación del urbanismo y la aplicación de planes de renovación interna de las ciudades. EFE