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El papa canonizó al Cura Gaucho y otras seis personas

El pontífice declaró santo a José Gabriel del Rosario Brochero junto con otras seis personas en una de las últimas misas grandes de su Año de la Misericordia.

El papa Francisco canonizó el domingo al «cura gaucho» de Argentina, un pastor que vestía un poncho, bebía mate y se dirigía en su mula Malacara a las periferias de la sociedad para predicar ante los pobres.

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El pontífice declaró santo a José Gabriel del Rosario Brochero junto con otras seis personas en una de las últimas misas grandes de su Año de la Misericordia.

«Los santos son hombres y mujeres que se adentraron por completo en el misterio de la oración. Hombres y mujeres que se esforzaron en la oración, permitiendo que el Espíritu santo orara y se debatiera en ellos», dijo el papa.

También fueron canonizados los sacerdotes italianos Lodovico Pavoni y Alfonso María Fusco, el mártir francés Salomone Leclercq, la monja francesa Elisabeth de la Trinidad, el obispo español Manuel González García y el niño mexicano José Sánchez del Río.

Nacido en 1849 en la provincia de Córdoba, Brochero fue uno de los católicos más famosos en la Argentina donde Francisco pasó su juventud. Falleció en 1914 tras vivir con lepra durante años, que se dice le contagió uno de sus feligreses.

Francisco, el primer papa argentino y latinoamericano de la historia, acercó a Brochero a la santidad poco después de haber sido elegido pontífice en 2013. Este mismo año, Brochero fue beatificado luego que el papa Benedicto XVI aprobara un milagro atribuido a su intercesión. Este año, Francisco dio luz verde a su santidad y el domingo lo canonizó junto con los otros seis religiosos.

Durante la etapa de la beatificación de Brochero, Francisco escribió una carta a los obispos de Argentina en la que elogiaba a Brochero por haber tenido el «olor de sus ovejas». Esa es una frase que Francisco ha usado frecuentemente para describir a su pastor ideal: uno que acompañe a su rebaño y que camine con ellos en las buenas y en las malas.

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«Él nunca se quedó en la oficina de la parroquia. Él se subía a su mula e iba a buscar gente como lo hacen los sacerdotes en las calles, incluso contraer lepra», escribió Francisco.

Uno de los paralelos que tienen ambos religiosos argentinos es la espiritualidad profundamente arraigada a los ejercicios espirituales jesuitas que son tan apreciados por Francisco. Siguiendo el ejemplo de Brochero, que dirigía a sus feligreses en las prácticas espirituales de san Ignacio de Loyola, el papa hace lo mismo, llevando a todo el liderazgo del Vaticano a un retiro anual fuera de Roma.

«Si hay una figura religiosa en la historia de Argentina que ejemplifica mejor la idea de sacerdote que tiene el papa Francisco, es ‘el cura’ Brochero», dijo Austen Ivereigh, autora de la biografía de Francisco «El gran reformador». «Él vivió de manera sencilla y para otros, en comunión con los gauchos y los pobres».

Ciudadanos argentinos viajaron a Roma para ver cómo Brochero era elevado a santo, incluido el presidente Mauricio Macri y su esposa.

Fuente: AP

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