La entidad de promoción comercial Pro Ecuador, en colaboración con la firma hongkonesa Yee Fung Hong, lleva a cabo esta semana en Shanghái una intensa actividad de promoción de la tagua, una nuez de árbol subtropical que ha sido apodada «el marfil vegetal» por su blancura y dureza.
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Según explicó hoy 12 de octubre a Efe el jefe de la Oficina Comercial de Ecuador en Shanghái, Diego Vega, la tagua, también llamada corozo, ya se utiliza cada vez mas en el mundo de la moda como un material alternativo al plástico y el hueso en los botones, aunque también se quieren divulgar usos industriales y artesanales.
Una misión comercial ecuatoriana participa del 11 al 13 de octubre en la Feria Textil y de Complementos de Shanghái para esta promoción, que incluye vídeos publicitarios, muestras y encuentros con jóvenes diseñadores de China y otros países para analizar el uso de este material y sus posibilidades.
«La durabilidad y resistencia del botón de tagua hacen que dentro de la industria de la moda sea ya muy conocida», destacó Vega, quien explicó que además el investigador Javier Carvajal, de la Universidad Católica deEcuador, estudia la posibilidad de utilizar esta materia vegetal como base de polímeros para uso industrial.
En Ecuador, además, la tagua se usa como un sustituto del marfil en la elaboración de artesanías, algo que podría interesar a un país como China, donde la demanda de colmillos de elefante alentó durante años un comercio ilegal transfronterizo.
Por su uso en la industria textil, Ecuador ya exporta la tagua a mercados como Hong Kong (1,2 millones de dólares), Turquía (927.000 dólares), China (525.000 dólares) y en menor medida a España e Italia, aunque en el caso chino el arancel del 35 % que se aplica a este producto frena algo las ventas.
«Esperamos que durante la visita del presidente chino Xi Jinping al Ecuador, en noviembre, se pueda negociar alguna reducción arancelaria», subrayó Vega.
La promoción de la tagua busca beneficios medioambientales que no se quedan sólo en su posible uso como sustituto del marfil, sino también en el hecho de que se está intentando frenar la tala de sus árboles en zonas costeras del Ecuador, donde a veces las áreas boscosas dejan paso a cultivos de banano o palmas para aceite.
«Queremos parar la deforestación, ya que es un producto de la zona de Manabí, donde se produjo este año el terremoto, y darle un valor porque es un producto cien por cien biodegradable, resistente y que apoya al medio ambiente», subrayó el jefe comercial.
Fuente: EFE
