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Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 están llenos de historias emotivas. Los atletas participantes han tenido que superar grandes adversidades para triunfar en el deporte y Oksana Masters es uno de estos ejemplos.
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Para comenzar, en 1989 la atleta nació en Khmelnytski, Ucrania. Esta ciudad es una de las tantas afectadas por el desastre en la central nuclear de Chernobyl, en 1986. Esto tuvo consecuencias en la pequeña Oksana, que nació con varias malformaciones. Tenía una tibia más larga que la otra, cinco dedos en cada mano (pero sin pulgar), seis dedos en cada pie y sólo un riñón.
Por ese motivo, sus padres decidieron abandonarla, por lo que Oksana tuvo que pasar su infancia en varios orfanatos. La vida en estos lugares no era nada fácil. El orfanato donde vivía era muy pobre, y además, llegaron a existir abusos sexuales.
La hoy atleta tenía siete años cuando un “ángel” (como ella misma le llama) le cambió la vida. Una estadounidense de nombre Gay Masters decidió adoptarla. “Mi madre, literalmente, me salvó la vida”, confesó Oksana en entrevista a AP, previo al inicio de los Juegos Paralímpicos de Río.
Entonces, Oksana inició una nueva vida en los Estados Unidos. Su madre adoptiva y el deporte se convirtieron en la motivación de una niña que con nueve años sufrió la amputación de una pierna por encima de la rodilla, y cinco años después, de la otra.
Oksana, la atleta que triunfó en Juegos Paralímpicos
A los 13 años el deporte llegó a rescatarla. Después de su segunda amputación comenzó a practicar el remo, y fue en este momento cuando el amor llegó a su vida. En las prácticas conoció a Rob Jones, un militar estadounidense que perdió ambas piernas durante la guerra de Afganistán. Años después, Jones se convirtió en su esposo. Juntos, conquistaron el bronce en remo en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Sin embargo, la aventura en el remo terminó por una lesión en la espalda. Entonces, comenzó a dedicarse a los deportes de invierno. Practicando esquí de fondo y biatlón, estuvo en los Juegos Paralímpicos de Sochi 2014 y ganó plata y bronce en estas disciplinas.
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¿Notan la hazaña de Oksana? Tres medallas olímpicas en dos años, y en dos disciplinas diferentes. Pocos deportistas pueden presumir haber hecho esto.
Pero su historia no termina aquí. Oksana también practica el ciclismo, deporte con el que participó en Rio 2016 , aunque esta vez se marchó sin medalla al finalizar en cuarto lugar en la prueba de ruta.
Sin embargo, su ejemplo es algo digno de seguir. Las dificultades no frenaron su hambre de triunfo, y no frenarán sus planes a futuro.
“Hay que seguir adelante. Estoy agradecida por la experiencia y por todo lo que he vivido. No sé dónde acabaré”, contó Okasana. Aunque lo más seguro es que la veamos de nuevo en los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018.
La atleta sufrió secuelas del accidente radioactivo de Chernobyl, pero fue rescatada y dedicó su vida al deporte.