Estados Unidos conmemoró este domingo 11 de septiembre el 15º aniversario de los atentados del 11 de septiembre, con unos actos solemnes en honor a las víctimas de los peores ataques terroristas en suelo norteamericano, que cambiaron el mundo para siempre.
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El presidente Barack Obama, que acompañó desde el Despacho Oval con un minuto de silencio, asistió a la ceremonia del Pentágono, donde instó a abrazar la diversidad de Estados Unidos y no permitir que el terrorismo divida al país, inform´o AFP.
Desde el lugar, el mandatario norteamericano dijo que Organizaciones extremistas como Al Qaida o el grupo Estados Islámico «saben que jamás podrán vencer a una nación tan grande y fuerte como Estados Unidos».
En una alusión indirecta a las controvertidas propuestas de Trump, Obama recordó que las personas «que vienen de todos los rincones del mundo, de todos los colores, de todas las religiones» han hecho de Estados Unidos lo que es hoy.
Vale recordar que ese día, unas 3.000 personas murieron el 11 de septiembre de 2001, cuando 19 atacantes suicidas de Al Qaida secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, en Washington, y sobre un campo de Shanksville, en Pensilvania.
Era el primer ataque extranjero en territorio continental de Estados Unidos en casi dos siglos y motivó luego las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), lideradas por Washington, y en donde la guerra aún sigue causando estragos más de una década después.
Aún 15 años después de los atentados, su efecto perdura en los conflictos que asolan Libia, Siria, y varios países de Oriente Medio, que son un caldo de cultivo para los grupos afiliados a Al Qaeda, en tanto se han multiplicado ataques inspirados por el grupo yihadista Estado Islámico.