Apple presenta este miércoles su nuevo modelo de iPhone en un contexto tenso, en coincidencia con el escándalo sobre sus impuestos y con el declive de las ventas del célebre teléfono inteligente.
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La presentación estelar, en San Francisco desde las 10:00 locales (17:00 GMT), debería ser la del móvil que los medios especializados ya bautizaron como “iPhone 7.”
Aunque la compañía estadounidense apenas controla el 12% del mercado mundial de smartphones, frente a 22% de su gran rival Samsung, según cifras para el segundo trimestre de la empresa IDC, el nuevo modelo del famoso teléfono es muy esperado por los fans y genera especulaciones desde hace meses.
Sin presentar una verdadera revolución, el iPhone 7 tendría una mejor resistencia al agua, una batería y cámara de mejor rendimiento, además de un procesador más potente.
Uno de los cambios más notables sería la ausencia, por primera vez, de la entrada “jack” de 3,5 mm que sirve normalmente para conectar los audífonos.
Para Thomas Husson, analista de Forrester, “el momento sería ideal para que Apple aproveche la compra de Beats (por la que pagó alrededor de 3.000 millones de dólares hace dos años) y presente nuevos audífonos” inalámbricos o “vincule servicios de Siri basados en la voz con una oferta de suscripción a Apple Music.”
La actualización del iPhone sería bastante más cuidada en un año en el que por primera vez, desde que salió el primer modelo en 2007, las ventas bajaron durante dos trimestres consecutivos.
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Visto el enorme peso del smartphone en los resultados de Apple, el retroceso afecta el volumen de negocios y los beneficios, que sufrieron una baja de 15% y 27% respectivamente en el trimestre que cerró a fines de junio.
Samsung, el gran rival, parece resistir mejor, porque consiguió aumentar sus ventas gracias al lanzamiento de dos nuevos modelos, los Galaxy S7 y S7 Edge. Pero podría sufrir en el segundo semestre por la explosión de las baterías de su otro nuevo modelo, el Galaxy Note 7, del que debió retirar millones de ejemplares.
A la espera del próximo hit
“Los nuevos iPhone no generarán el mismo nivel de interés entre los consumidores que los modelos anteriores, aun si la demanda inicial será sólida“, dice Karissa Chua, analista de Euromonitor.
A pesar de ello, Chua juzga que la fuerza de su marca servirá a Apple para obtener acuerdos con subcontratistas que le permitan mantener sus márgenes, y aumentar el atractivo de otros servicios como Apple Pay.
La posible presentación el miércoles de una versión mejorada del Apple Watch, al día de hoy el único nuevo aparato lanzado desde el iPad, debería reforzar el ecosistema Apple. Pero probablemente no será “el nuevo producto revolucionario que Apple necesita“, según Thomas Husson.
El próximo hit de la marca de la manzana aún se hace esperar, a pesar de rumores de proyectos en televisión, automóviles o en la realidad aumentada.
El marketing que implica el lanzamiento del nuevo iPhone coincide también con la campaña de Apple contra la multa fiscal de 14.500 millones de dólares que le fue impuesta en Europa.
El presidente ejecutivo de la compañía, Tim Cook, calificó como “basura política” la multa de la Comisión Europea, que exigió la semana pasada a la compañía el rembolso a Irlanda de una suma que según los europeos corresponde a “beneficios fiscales indebidos.”
Apple e Irlanda decidieron apelar la decisión, una medida criticada por la oposición en ese país.
“Queremos a compañías como Apple en Irlanda… pero eso no quiere decir que debemos hacer la vista gorda ante la evasión fiscal“, afirmó Gerry Adams, líder del partido Sinn Fein, en un debate parlamentario.
Dublín quiere mantener la imagen de un país favorable a las empresas, con un impuesto a las sociedades de apenas 12,5%. Pero la Comisión Europea afirma que Apple gozó de una tasa impositiva de apenas 1% sobre sus beneficios europeos en 2013, que disminuyó hasta 0,005% en 2014.