Desde hace mucho tiempo se cree que los perros fueron los primeros animales en ser domesticados por el hombre.
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Existen evidencias de que la domesticación de los caninos tuvo lugar hace 15 000 años. Sin embargo, la verdadera historia detrás de cómo los perros pasaron de lobos salvajes a mascotas consentidas todavía es un terreno incierto para la ciencia.
«Un verdadero enigma», lo catalogó el doctor Greger Larson, profesor de genómica evolutiva del departamento de arqueología de la Universidad de Oxford en Inglaterra.
El especialista aclaró, así y todo, que para descifrar el misterio «habría que dejar de pensarlo como un evento específico, sino como un cambio multigeneracional a largo plazo».
Larson forma parte de un equipo internacional de científicos que trabaja día a día para poder determinar cuándo, dónde y cuántas veces fueron domesticados los perros, preguntas que todavía no lograron reunir una teoría científica en común.
«Hay un montón de especulaciones, pero el campo científico realmente carece de un consenso», sentenció Larson en una entrevista reciente con la revista TIME.
«Todavía hay mucho que no sabemos porque se necesita una gran cantidad de información antigua que es realmente muy difícil de conseguir».
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La última teoría elucubrada, y la que hasta el momento parece estar más acertada, sugiere que la domesticación de los antiguos lobos salvajes puede haber tenido lugar en Asia y Europa, pero con un aproximado de 1 000 a 2 000 años de diferencia entre ambos casos, según datos de la investigación de este equipo, publicados en la revista Science.
Los investigadores estudiaron detenidamente diferente fósiles caninos y muestras de ADN modernas y encontraron una profunda división entre las características de los perros modernos de Asia Oriental y los del Oriente Medio y Europa.
Esta brecha puede haberse producido hace aproximadamente más de 6 000 y 14 mil 000. La hipótesis es significativa, según Larson, debido a que la doble domesticación (algo que muy poco probablemente haya sucedido al azar) sugiere que los factores externos pueden haber forzado a los lobos salvajes, frecuentemente agresivos, a forjar una relación de trabajo con los seres humanos para sobrevivir. «Estamos recién en el comienzo», señaló Larson.
«Si sucedió sólo una vez, podría hacernos pensar que es una casualidad en el espacio y el tiempo. Pero si sucede dos veces, de manera independiente, en dos lados diferentes del mundo, entonces estamos ante un factor medioambiental».
Con el principio de la hipótesis, los científicos evalúan algunos escenarios posibles: los lobos pueden haber tratado de aprovechar los recursos que los humanos tenían en ese momento, logrando un acercamiento que derivó en la domesticación; o los seres humanos podrían haber incorporado a los animales en un área en la que tenían prohibido su ingreso para beneficiarse de alguna manera.
Los científicos sí están de acuerdo en que la asociación más estrecha de los humanos y los lobos se dio hace unos 15 000 años. Por ese tiempo, las personas ya enterraban a sus perros, lo que se podría tomar como una posible señal de afecto.
A veces, los caninos incluso fueron enterrados junto a los humanos. Esto da pauta de que los caninos fueron considerados miembros importantes de la familia humana y resultaron compañeros de caza desde hace unos 8 mil años.
En última instancia, esa relación llevó a desarrollar la idea de que los perros como animales de compañía ya existen hace 2 000 años, incluso en los hogares romanos. «Tenemos una relación a largo plazo con los perros», dijo Larson. Y concluyó: «son nuestros amigos más antiguos, si no nuestros mejores amigos».