Los Gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela protagonizarán este miércoles, 30 de agosto, un nuevo capítulo en el proceso de puesta en marcha del Banco del Sur, con la celebración de una reunión de ministros que pretende impulsar la entrada en operación de esa entidad financiera para el desarrollo.
PUBLICIDAD
La cita de ministros, precedida de una reunión del Consejo de Administración del banco que comenzó hoy a puerta cerrada, se celebrará en Quito, donde se espera avanzar en la elección de los miembros del Directorio Ejecutivo, el cronograma de aportes de capital de los países integrantes y la revisión del convenio constitutivo del organismo.
La idea del Banco del Sur surgió por iniciativa del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez y el memorando de su constitución se firmó en 2007, aunque su convenio constitutivo entró en vigor en 2012.
La demora en la operatividad de la institución llevó en septiembre de 2015 al entonces canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, a comentar: «Los que crean en Dios recen para que el Banco del Sur esté el 31 de octubre». Casi un año después, los trabajos siguen.
Los Gobiernos impulsores del proyecto consideran al Banco del Sur un instrumento útil para lo que el Ejecutivo ecuatoriano ha llamado la construcción de «una nueva arquitectura financiera».
Es una necesidad «urgente» para el representante de ese país andino en el Banco, Andrés Aruz, quien subraya cómo los países de la región, que impulsaron la inversión pública y el desarrollo interno, «ahora enfrentan presiones a sus reservas internacionales y han tenido que acudir a políticas de restricción de importaciones y movimiento de capitales».
El Banco del Sur se concibe como una fuente de financiación nacional y regional que impulse el comercio y la productividad en la zona y, al mismo tiempo, pretende fomentar el ahorro y contrarrestar lo que el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, ha calificado de «fuga de capitales»: un flujo de fondos que va desde los países latinoamericanos hacia fuera de la región.
PUBLICIDAD
Y es que, según el Banco de Pagos Internacionales, citados por autoridades ecuatorianas, los depósitos de América Latina en el resto del mundo son de unos 1.034 millones de dólares, más de 75 % de los cuales están en Estados Unidos.
En la agenda figuran prioridades como el establecimiento de desembolsos iniciales de 5 % de las cantidades acordadas para el primer año de funcionamiento que, en el caso de Ecuador, son 400.000 dólares.
A un plazo de hasta diez años, las aportaciones de capital de los países que integran el Banco deben llegar a los 7.000 millones de dólares, en función del tamaño de sus economías.
Así, Argentina, Brasil y Venezuela tendrán que aportar 2.000 millones de dólares cada uno y Ecuador y Uruguay 400, también cada uno, mientras que Bolivia aportaría cien millones, lo mismo que Paraguay.
Entre los proyectos cuya financiación se propone acometer el banco figuran acciones ya planificadas por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) referentes a vialidad, en particular interconexión ferroviaria, despliegue de una red de fibra óptica regional y sistema eléctrico interconectado.