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En el año 2015 prosiguió «la evolución positiva» hacia la abolición de la pena de muerte en el mundo, con menos países que la practicaron, pero los que siguieron permitiéndola aumentaron las ejecuciones, sobre todo en Asia.
Es la síntesis que se extrae del informe publicado hoy por la organización italiana «Nessuno tocchi Caino» (NTC, Que nadie toque a Caín) que desde su fundación, en 1993, se dedica a impulsar una moratoria universal de la pena de muerte y a luchar contra la tortura.
En el informe se repasa la situación de esta práctica en el mundo durante 2015 y los primeros seis meses de 2016, un periodo en el que se confirma «la evolución positiva hacia la abolición» de la pena de muerte, siguiendo la tónica de los últimos 15 años.
Los países que le han puesto fin son 160: 104 son totalmente abolicionistas, seis la impiden para crímenes ordinarios, en otros seis rige una moratoria y 44 son «abolicionistas de hecho» y no aplican la pena capital desde hace más de una década.
De este modo, las naciones que mantienen la pena de muerte «han disminuido progresivamente» en los últimos diez años al pasar de 54 en 2005 a los 38 registrados a fecha de 30 de junio de 2016.
Pero en 2015 aumentaron las ejecuciones hasta las 4.040 aplicadas a condenados mientras que fueron al menos 3.576 las registradas en 2014, sin contar las que se sospechan en países como Corea del Norte, del que no se tienen datos oficiales.
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La organización señaló que el auge de las ejecuciones se debe a países como Irán, Pakistán y Arabia Saudí y, en este último país, NTC denunció un auge de las decapitaciones desde la coronación del rey Salmán en enero de 2015.
Por regiones, en Asia es donde se lleva a cabo «la práctica totalidad» de las ejecuciones, mientras América y Europa se perfilan como dos continentes libres de pena de muerte pero ambos con una excepción: Estados Unidos y Bielorrusia.
Estados Unidos llevó a cabo en 2015 un total de 28 ajusticiamientos y en el primer semestre del año se registraron 14.
NTC subrayó la situación de los países del Caribe ya que, a pesar de que en algunos aún se permite esta práctica, como Guatemala, en muchas naciones no se han pedido nuevas condenas en 2015.
En el caso europeo, la organización destacó que, mientras Rusia respeta una moratoria, Bielorrusia ejecutó a una persona este año, después de no practicar ninguna en 2015.
Por otro lado en Asia se registra la mayoría de las condenas, 3.946 ajusticiamientos, lo que supone el 97,6 % del total.
Solo en China se practicaron al menos 2.400 penas capitales, un dato similar al de 2014 y que confirmaría la tendencia bajista de esta práctica considerada en el país «secreto de Estado».
La disminución de las condenas a muerte en China se intensificó a partir del 1 de enero de 2007, cuando entró en vigor una reforma en virtud de la cual cada pena capital emitida por un tribunal de grado inferior debía ser revisada por la Corte Suprema.
En África durante 2015 la pena de muerte fue aplicada en cinco países y se registraron al menos 66 ejecuciones repartidas entre Somalia (25), Egipto (22), Chad (10), Sudán del Sur (5) y Sudán (4).
En el informe se destaca que de los 47 países o territorios de mayoría musulmana en el mundo, 24 pueden considerarse abolicionistas de distinta índole mientras que son 23 los que la mantienen y 18 los que aplican la «Sharia» o ley islámica.
En estos lugares el ahorcamiento, el fusilamiento y la decapitación son las practicas más extendidas mientras que en 2015 no se registró el peor de los castigos, la lapidación.
En el caso de Irán, aunque China suma el mayor número de ejecuciones, la República Islámica se perfila como el país que acumula una mayor tasa de penas capitales «per capita» y en 2015 efectuó 970 ejecuciones, un 21,2 % más que las 800 de 2014.
Del estudio se extrae una situación preocupante: en 2015 se ajustició a al menos nueve menores de edad -tres en Irán y seis en Pakistán-, a pesar de que este hecho viola lo establecido en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.