Carlos Mendoza, director distrital de salud de Manta, dijo hoy que unas dos mil personas se han acercado a los centros de salud de ese cantón de la provicia de Manabí presentando afecciones respiratorias, producto del polvo que generan las demoliciones de las edificaciones afectadas por el terremoto.
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El derrumbe con maquinaria de los edificios, cuya estructura quedó gravemente afectada por el movimiento sísmico de 7,8, inició el pasado 20 de abril cuando las autoridades declararon que la posibilidad de encontrar vida entre los escombros se redujo al 5%.
“Hemos recibido una gran cantidad de personas con problemas respiratorios. Tos, ronquera, gripe, entre otros malestares que se originan por la inhalación de polvo”, dice Mendoza.
No obstante, en las zonas donde se ejecutan las demoliciones se impide el acceso al público. Por ejemplo, Tarqui, uno de los sectores más afectados, es custodiado por unos 15 miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).
“Lo que le recomendamos a las personas es evitar acercarse al área donde se están demoliendo los edificios, pero es difícil, quizá, porque muchos de ellos aún tienen la esperanza de encontrar a sus familiares vivos”, explicó el funcionario.
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