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Los monigotes gigantes en las calles de los suburbios de Guayaquil lucen maltratados tras soportar las fuertes lluvias de los últimos días.
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Algunos están sin brazos, sin pies, y hasta sin espalda, partes que se han desintegrado por la fuerza de la lluvia.
“El agua los afecta, pero lo bueno es que no se han caído con los últimos tres aguaceros que ha soportado la ciudad. Estamos reparándolos y pintándolos. Solo se han dañado partes pequeñas, adelante están bien”, dicen los artesanos.
Ahora los cubren con fundas plásticas y adelantarán las fechas de la quema. “Lo íbamos a quemar el 16 de este mes, pero como las lluvias están fuertes, lo vamos a quemar el 6”, mencionan los artistas.