Las imperdibles ‘farras’ para dar el “sí acepto” están paralizadas -como muchos eventos- por la pandemia. Las pérdidas del sector bordean los 80 millones de dólares, según cifras del Ministerio de Turismo. Ante este escenario, las autoridades han diseñando protocolos de bioseguridad a los que se han ajustado los organizadores para reactivarse. Ahora, la propuesta son las bodas boutique que se caracterizan principalmente por contar con un reducido número de invitados.
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Karina Padilla, wedding y event planner, explica que las bodas boutique han existido desde tiempos inmemorables pero que, con el pasar de los años, los matrimonios han tomado mayor fuerza por la cantidad de asistentes. “Eso cambió el concepto de ‘algo familiar’ a un ‘evento social’”, dijo a Metro Ecuador.
“Con las bodas boutique volvemos a lo básico, donde el enfoque va hacia la personalización para invitados, en la pareja y asistentes de entera confianza”, añade Padilla.
Propuestas de protocolo para el retorno
Al respecto el viceministro de Turismo, Ricardo Zambrano, aseguró que esa cartera de Estado trabaja en una agenda de reactivación del sector de eventos y bodas con los debidos protocolos de bioseguridad, tras analizar los desafíos y generar confianza al nuevo consumidor. Parte de esa labor ha sido la publicación -por parte del COE Nacional– de los protocolos de: alimentos y bebidas, alojamiento, transporte y paquetes turísticos. Ahora afinan detalles para dar a conocer la normativa de reuniones y su cadena de valor, la cual ha sido elaborada en conjunto con 90 organizadores de eventos. “Dentro de los compromisos que hemos asumido es consolidar a Ecuador como un destino de bodas”, dijo.
Zambrano aportó que el protocolo para reactivar eventos y bodas fue entregado en el COE Nacional; se espera la aprobación y publicación. Estas medidas estarán sujetas a la semaforización en cada cantón. “Vale dejar en claro que no porque se publique el protocolo de bioseguridad, se reapertura de inmediato todo el tema de eventos. Más bien necesitamos una prueba piloto de lo que sería la organización de bodas boutique y conocer el impacto. Junto con Kika Uribe, directora de bodas y eventos de la Cámara de Turismo de Samborondón se acordó la presentación de este plan», detalló el funcionario.
Los protocolos de bioseguridad que se han propuesto tienen que ver con la sanitización de espacios, uso obligatorio de mascarillas y verificación de la temperatura. “Con la nueva normalidad, el aforo dependerá del color del semáforo: amarillo es del 30% y verde del 50%”, puntualizó Zambrano.
Asimismo, los representantes de la Industria Nacional de Bodas y Eventos (INBE) sugiere a las autoridades un protocolo para invitados y proveedores. La idea principal es que la reapertura de bodas y eventos se realice de forma gradual, sujeta a la semaforización y con estrictas medidas de bioseguridad.
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Parte del planteamiento, mencionó Padilla, los proveedores -que tienen alianzas con organizadores- han establecido tres etapas que van desde la sanitización antes, durante y después del montaje, el uso obligatorio del EPI (Equipo de Protección Individual), dotación de alcohol, alfombras desinfectantes y entre otros.
Bodas boutique
La experta expuso las bodas boutique son sinónimo de elegancia y exclusividad. “Cuando se realizan celebraciones bajo esta modalidad significa que estará llena de muchísimos detalles personalizados e individualizados para los invitados. Por ejemplo, la cristalería contará con su respectiva identificación”, refirió.
Y con toda razón. El viceministro Zambrano acentúa que el nuevo consumidor evitará los eventos con alta concentración social, y por el momento, “no van a ser posibles. Por ello la propuesta de las bodas boutique con grupos pequeños, si es posible con grupos de menos de 30 personas para poder avanzar con eventos de mayor magnitud”, ponderó.
En ese sentido, Padilla aporta que invitados deberán ser de la entera confianza de la pareja, gozar de buena salud y portar mascarillas durante todo el evento, menos para comer o beber.
Pruebas de COVID-19
Padilla también comentó que hay proveedores que en su cotización incluyen las pruebas de COVID-19 de su personal. Incluso, la wedding confesó que ya tiene clientes que han solicitado pruebas de coronavirus para quienes estarán el día del evento (en algunos casos hasta de los invitados). “Los novios que tienen el presupuesto lo aplican, para cerciorarse que el día de su boda no habrá contagios”.
De su lado, Zambrano, aseveró que en el protocolo de bioseguridad que se plantea al COE Nacional no se exige pruebas de COVID-19 a los asistentes. “Lo que nosotros proponemos son lineamientos generales aterrizados para la tipología de organización de cada quien”, declaró el Viceministro.
Menor duración
Padilla contabiliza que una boda tradicional promedio en Quito tiene entre 100 y 180 invitados, y en Guayaquil pueden ascender a 400 asistentes. En cambio, las bodas boutique son de 10 personas.
Esa es la razón por la que proveedores de barra libre, orquesta musical presencial y entre otros, están elaborando propuestas para «hallar las alternativas de ofrecer un show en vivo, sin necesidad de tener contacto con los invitados. Puede ser la instalación de una pared de acrílico o vía streaming”. Sin embargo, en las bodas boutique sí podría haber un violinista, saxofonista o cantante de ópera.
Otro aspecto que engloba una boda boutique es su duración. La celebración de un matrimonio tradicional puede extenderse hasta las 8 horas; lo que en la nueva modalidad se reduce a la mitad.
¡Sí habrá “puede besar a la novia”!
Algo que tal vez muchos se preguntan es se mantiene el “puede besar a la novia”. La respuesta es sí y sin mascarilla. “Obviamente porque la mayoría de parejas ya viven juntos o se ven todos los días y se tienen confianza”, señaló Padilla.
Habrá que esperar que las autoridades den paso a los protocolos para la reactivación de eventos y posteriormente los lineamientos para efectuar los de un mayor número de asistentes.
Impacto económico para la industria
La experta recordó que con las bodas boutique, si bien hay inversiones que se descartan con la nueva modalidad, se compensan con otros detalles. Lo que sí reconoció es que la pandemia le dio un golpe económico a la industria.
“Hasta febrero tenía al menos 12 bodas para el 2020; y cuatro más por cerrar. Entre marzo, abril, mayo y junio hemos perdido la mitad de ellas porque algunas parejas pospusieron el enlace o no tienen para costear el evento”, lamentó Padilla.
Padilla contabilizó que solo las bodas -sin incluir otros eventos- generan entre 40 a 60 millones de dólares al año.
“Como Ministerio de Turismo queremos motivar y colaborar para que la reactivación de eventos se pueda dar, pero depende igual de la aprobación en la plenaria del COE Nacional”, puntualizó Zambrano.
Primera boda boutique
La primera boda boutique fue celebrada en casa de los novios, ubicada en Quito, con la presencia de dos invitados. «Se cumplió con las garantías y los protocolos de bioseguridad (…) Todo está en el cuidarse, en el protegerse en hacer las cosas responsablemente para volver a retomar las actividades de bodas de la manera más segura y sin perder las emociones que envuelven esta fecha tan especial», cerró Padilla.