Verónica Espinosa Sánchez, Psicóloga Clínica indica que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social (OMS); no obstante, en esta emergencia sanitaria, no solo hay temor en relación a la integridad física, sino que podrías sentir confusión, miedo, tristeza, ira y frustración; y en algunos casos, los efectos podrían ser más severos, desencadenándose síntomas de depresión, ansiedad, ataque de pánico o de un trastorno postraumático de estrés.
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Según el National Institute of Mental Health, algunos síntomas de depresión incluyen:
1. Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”
2. Sentimientos de pesimismo o falta de esperanza
3. Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia
4. Pérdida de interés o placer en las actividades y pasatiempos
5. Pérdida de energía y fatiga
6. Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
7. Dificultad para dormir, despertarse temprano o por el contrario dormir demasiado
8. Cambios en el apetito o el peso
9. Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio
10. Inquietud o irritabilidad
11. Dolores y molestias, entre ellos, dolores de cabeza y calambres, o problemas digestivos, sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento
Y las personas con ansiedad generalizada pueden:
- Preocuparse demasiado por las cosas cotidianas
- Tener problemas para controlar sus preocupaciones o sentimientos de nerviosismo
- Ser conscientes de que se preocupan mucho más de lo que deberían
- Sentirse inquietas o tener dificultad para relajarse
- Tener problemas para concentrarse
- Tener problemas para dormir o para permanecer dormidas
- Sentirse cansadas todo el tiempo
- Tener dolores de cabeza, musculares o del estómago o molestias inexplicables
- Tener temblores o tics (movimientos nerviosos)
- Sentirse irritables o nerviosas
- Sudar mucho, sentirse mareadas o que les falta el aire
La especialista afirma que toda crisis es una oportunidad y para adaptarte y prevenir trastornos emocionales, debes aprender estrategias para enfrentarla, siendo recomendable en este aislamiento:
- Limitar la cantidad de información que recibes sobre el covid-19.
- Conservar una rutina diaria y desarrollar nuevos hábitos relacionados con tu salud, recibiendo 20 minutos de luz natural, respirando y tratando de relajarte para descansar adecuadamente.
- Aprender nuevas actividades, desarrollar tu creatividad, leer o mirar un hermoso paisaje.
- Mantener una alimentación saludable. Recuerda que los alimentos que tienen triptófano (carne, pollo, pescado, leche, queso, cereales, verduras, frutas y frutos secos) favorecen el bienestar emocional.
- Realizar actividad física (jugar, bailar, saltar soga o elástico), produciendo endorfinas (hormonas de la felicidad), reduciendo los niveles de cortisol (hormona del estrés) y liberando serotonina que previene la depresión y ansiedad.
- Aprovechar esta oportunidad para fomentar relaciones más fuertes con tus seres queridos, recordando que “Comer en familia es mucho más que comer”, ya que favorece la comunicación, la autoestima y la confianza.
- ¡Y sobre todo buscar oportunidades para reír, ya que la risa previene enfermedades físicas y emocionales, por cuanto nuestro cerebro se activa y se liberan substancias químicas, teniendo el mismo beneficio que realizar actividad física!
Si presentas algún síntoma de los que se mencionaron al inicio o simplemente quieres sentirte escuchado, busca ayuda psicológica.
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