Con la llegada de las aplicaciones, las personas cada vez están desarrollando más ansiedad, una necesidad de comunicación inmediata que, aunque solo consista en mensajes de texto, les parece importante.
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Así lo explica un artículo de Cultura Colectiva en el que detalla los comportamientos en WhastApp que pueden estar acarreando problemas en tus relaciones amorosas.
Lo que en realidad recomienda el sitio es ‘dejar de pensar que el app es necesaria en nuestra vida diaria y acostumbrarse a una relación en donde las pláticas en persona sean más relevantes’ y destacan las cosas que se deben hacer para superar esta ‘obsesión’:
Darle importancia a las palomitas azules
Así seas de los que comienzan a sudar cuando no obtienes respuesta de alguien que leyó tu mensaje hace dos minutos, o de aquellos que decidieron quitarlas para evitar reclamos, darle relevancia a las palomitas azules es uno de los errores primordiales al usar WhatsApp. Sí, parece que esas cosas las inventó el diablo, pero si tan solo todos aprendieran a ignorarlas o a dejar de presionar a las personas para que respondan rápidamente, quizás menos parejas se separarían por reclamos vinculados con esos símbolos del infierno.
Responder «ok»
Así sea un «ok» o cualquier respuesta con una sílaba, será percibido como un acto grosero ante el destinatario… Si es de aquellos que exige al menos una frase de varias palabras para demostrar que le interesa una conversación, definitivamente lo tomará como una ofensa. Es una estupidez; sin embargo, muchas personas suelen ser sensibles con este asunto, en especial porque creen que esas respuestas son cortantes e indican que la plática ya no está siendo divertida.
Despedirte de tu pareja, pero desconectarte mucho después
Esto sí podría ser una grosería grande. No existe nada peor que te digan «Me voy a dormir» a las 10 de la noche y verlos conectados aún a las 2 de la mañana. Eso da a entender que no quiere seguir hablando o, peor, que está platicando con alguien más. Así que si no quieres pasar una madrugada discutiendo o despertar con un mensaje de enojo, lo mejor es ser honestos.
Mandar indirectas en tu estatus
Nada más inmaduro que poner una frase para llamar la atención y decir que no es por nada, cuando claramente tiene un significado oculto. Actualizar estados para hacer sentir mal a una pareja, o ser lo suficientemente tonto como para quejarse es una forma infantil de actuar y, en vez de hacer que tu pareja se acerque a dialogar, la alejará.
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Mirar su última conexión
Si eres de los ansiosos, celosos, obsesivos que necesitan estar al pendiente de tu pareja las 24 horas, tienes un problema y sólo empeorará si te la pasas mirando cuándo fue la última vez que tu pareja estuvo activa. De igual forma, esperar a que siempre esté disponible para ti es completamente absurdo y demasiado posesivo; lo recomendable es ignorarlo y tener una conversación normal con mensajes. Nadie necesita sentirse presionado todo el día.
Espiar a tu pareja
Entrar al WhatsApp de tu pareja, leer las conversaciones y ver que te está engañando, claramente puede acabar con tu relación. Pero hacerlo, no encontrar nada y ser descubierto es aún peor. Revela tu obsesión y miedo de ser abandonado, pero además saca a flote que no te importa cruzar los limites de la privacidad y que no confías en esa persona. Si no crees en tu novio ¿para qué invadir su espacio y buscar dentro de su teléfono algún problema? Mejor déjalo.
Exagerar con los emojis
Si estás enojado con tu pareja, no pongas una cara molesta. Si estás genuinamente triste, no uses la cara con lágrima. Los emojis le quitan seriedad a cualquier comentario, así que, aunque no ponga en riesgo tu relación, seguramente tendrá como resultado momentos incómodos. El exceso de emojis siempre es indicio de inmadurez y de falta de habilidad para usar las palabras, así que es mejor utilizar el texto para expresarse y no esas figuras amarillas que arruinan conversaciones.
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