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Violencia Simbólica: “¡Dame tu clave de Facebook!”

La violencia simbólica es aquella que atenta contra la integridad de las personas, su privacidad y busca anularla socialmente, según el doctor en psicología clínica Jaime Torres.

El 53,9% de las mujeres de más de 15 años han sufrido violencia sicológica, también conocida como emocional o simbólica; según la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres aplicada a finales del 2011 por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).

Palabras ofensivas que atentan contra la integridad de la otra persona, amenazas emocionales de abandono, celos o invasión del espacio privado como el Facebook son algunos de los ejemplos de violencia simbólica, que es lo mismo que sicológica; según Jaime Torres, doctor en sicología clínica.

Para Torres, “la violencia simbólica apunta a dañar la estima de la otra persona, le generar una percepción errónea de sí mismo y le anula socialmente”

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Dentro de las definiciones que establece la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, las relaciones simbólicas “constituyen toda acción u omisión que cause daño, dolor, perturbación emocional, alteración sicológica o disminución de la autoestima de la mujer o familiar agredido”.

La historia de Mishell es apenas uno de los cientos de casos que retratan la violencia simbólica. Sin embargo, no se encuentra dentro de las cifras que publica el INEC ya que son específicamente de violencia hacia la mujer. En este caso, Mishell es la agresora.

Mishell estudia en un colegio particular de Quito y tiene una relación sentimental con uno de sus compañeros desde hace 15 meses. Al preguntarle si en su relación existe algún tipo de violencia, ella asegura que no.

Mientras avanza la entrevista confiesa, entre risas,  que a veces sí le da “muchos celos” y que incluso le pide a su enamorado las contraseñas de las redes sociales.

Todo empezó cuando vi que hablaba con su ‘ex’. Ese momento le dije: ¡dame tu clave de Facebook!”, cuenta Mishell.

“Para ellos (la pareja) es el acto de amor más extraordinario”, dice Torres al ser consultado sobre la entrega de contraseñas de redes sociales entre los enamorados.

Para Torres, el caso de Mishell, al igual que muchos otros; se genera debido a una dependencia que genera el miedo a la pérdida del otro. Entendiéndose como el no valorarse lo suficiente y buscar la seguridad en otros.

¿Por qué la estadística habla de violencia contra la mujer y no de violencia de género?

Viviana Maldonado, coordinadora nacional del Programa Regional ‘Combatir la Violencia contra las Mujeres en Latinoamérica’ (ComVoMujer) de la Cooperación Técnica Alemana implementada por la Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ), explica que se habla de violencia contra las mujeres por las relaciones de poder que se ejerce por cuestiones de género.

Todavía se siguen reproduciendo esquemas de control, poder, dominio y privilegio. Un sexo (masculino) tiene predominio sobre otro (femenino)” explica Maldonado.

Maldonado aclara que la mayor forma de expresión de las relaciones de poder es a través de la violencia física, simbólica, sexual o patrimonial.

Torres complementa lo dicho por Maldonado afirmando que dentro de la población adolescente, en las relaciones afectivas, se establece cierto grado de conflictividad donde existe una multiplicidad de formas y escenarios de violencia. Aunque, no  se especifica si es hacia el hombre, la mujer u otras diversidades sexo genéricas.

Como dato, hasta el momento no existe una estadística aplicada específicamente a jóvenes en el tema de violencia de género.

Relaciones tóxicas y la violencia simbólica

Mishell, en su visión de adolescente, considera que las relaciones tóxicas son aquellas donde el chico le pega a la chica. La opinión de Mishell se evidencia en el 38% de mujeres que han sufrido violencia física en el país, según el INEC.

Una relación donde exista agresión física es tóxica ya que afecta el bienestar de la persona, según explica Torres.

Maldonado complementa que la violencia en la pareja se justifica con el amor. Específicamente dice: “El amor que media la relación es enfermizo porque no se desarrolla en adecuadas situaciones”.

La violencia sicológica ocupa el primer lugar en la estadística del INEC y es la más difícil de identificar “es un problema incluso en el ámbito jurídico porque solamente está la palabra de la víctima”, asegura Torres.

En el caso particular de las relaciones de adolescentes, al ser generalmente cortas, se vuelven muy intensas convirtiéndose en “relaciones simbióticas”, explica Torres.

La existencia de relaciones tóxicas en los adolescentes se explicaría por el tejido social que no soporta a los jóvenes.

“Los chicos se sienten desamparados y por eso los amigos se vuelven en sus principales consejeros. La crisis comienza cuando el compañero está en las mismas condiciones», dice el doctor en sicología clínica.

#SíPeroNo

“Sí, pero No ¿Qué mismo es el amor tóxico?” es el nombre de la campaña liderada en el país por los estudiantes de la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) que busca la concientización de la violencia de género en los estudiantes de diversas universidades.

La campaña se basa en las investigaciones del Dr. Arístides Vara Horna de la Universidad San Martín de Porres, Lima. Se buscó identificar la aceptación implícita de la violencia contra las mujeres en el Perú y encontró que el 92.3% de ellas las rechaza explícitamente; pero un 71.2% tácitamente la acepta.

La campaña #SíPeroNo se aplicó en la Universidad Central del Ecuador, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y las sedes Girón y Sur de la Universidad Politécnica Salesiana.

En la dinámica participaron 220 mujeres y 194 hombres.  Ellos realizaron el ejercicio de entender que ‘dar la clave de Facebook’ también es una forma de violencia simbólica.

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