El agua alcalina es una bebida con PH mayor que 7,5. Como el organismo posee un PH que se sitúa entre 7,35 y 7,4, este tipo de agua ayuda a equilibrar el potencial ácido del cuerpo, según Greenme.com.br.
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La acidez en exceso es nociva, pues significa poco oxígeno en las células y puede ser puerta de entrada para microorganismos nocivos, como virus y bacterias, que viven en medio ácido.
Además, hay una mayor probabilidad de adherencia de grasas en la sangre, así como mal funcionamiento de la tiroides, mayores riesgos de desarrollar enfermedades como fracturas óseas, diabetes, cáncer, y otras. El agua alcalina actúa, en ese sentido, dejando el organismo más fuerte y resistente.
Nuestro cuerpo ya cumple con la tarea de balancear nuestro PH a través de los procesos de desintoxicación y eliminación de desechos. Pero la mala alimentación, el exceso de alimentos procesados, azúcares y almidones, provocan un exceso de acidez en la sangre, que hacen más difícil a nuestro cuerpo mantener un pH adecuado.
¿Cuál es el objetivo del agua alcalina?
- Protege los huesos: Para evitar que el PH de la sangre quede ácido, el organismo aprovecha el calcio y el magnesio, que son minerales alcalinos, pero esto puede hacer que las células óseas pierdan estos componentes, tan esenciales para la buena salud de los huesos.
Cuando el organismo se vuelve más alcalino, estos minerales se pueden aprovechar para fortalecer los tejidos óseos. Además, el agua alcalina ayuda en la eliminación de residuos sólidos con ácido úrico y nefrólitos a través de la orina, ayudando a prevenir enfermedades como la osteoporosis. - Protege las arterias, previniendo enfermedades cardiovasculares: Las altas tasas de magnesio presentes en el agua alcalina puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, disminuyendo la presión arterial.
En el BMC Public Health Journal (2004), ya existen estudios al respecto, uno de ellos fue publicado en el BMC Public Health Journal (2004) y mostró que hubo una mejora de la presión arterial sistémica de los pacientes en tratamiento con agua alcalina. - Combate el envejecimiento precoz: El agua alcalina ayuda a oxigenar mejor las células, por lo que ayuda a eliminar las toxinas, que aceleran el envejecimiento celular. También ayuda a combatir los radicales libres, que promueven una serie de enfermedades y el envejecimiento precoz.
- Previene enfermedades: Las enfermedades como la diabetes, el colesterol alto, la obesidad, la hepatitis, la artritis crónica, la dermatitis, entre otras, pueden prevenirse con el consumo frecuente de agua alcalina.
- Hidrata más: El agua ionizada tiene el poder de hidratar mejor y más rápido las células del organismo, además de eliminar más fácilmente las toxinas presentes en el cuerpo.
- Mejora la disposición: Este potencial hidratante es importante también porque aumenta el rendimiento de los procesos biológicos, pues hace que los nutrientes lleguen más rápido a las células.
- Ayuda en el mantenimiento del peso: La presencia de magnesio en el agua alcalina promueve un estímulo a la pérdida de grasa y el mantenimiento de la masa magra, teniendo en cuenta que la deficiencia de este mineral está relacionada con la obesidad, la diabetes, entre otras enfermedades.
- Mejora la capacidad cognitiva: La eficiencia del agua alcalina en llevar nutrientes importantes para el organismo también favorece el sistema neurológico y muscular, mejorando el raciocinio y la respuesta a los diversos estímulos ambientales.
- Longevidad: Un estudio realizado en 2016 mostró que el agua alcalina aumentó la sobrevida del grupo que recibió el tratamiento con ese tipo de agua. Sin embargo, esta investigación fue hecha en ratones, y aún no es concluyente la relación entre longevidad y consumo de agua alcalina.
- Disminuye los riesgos de cáncer: El agua alcalina también puede minimizar los riesgos de desarrollo de diferentes tipos de cáncer. En uno de los estudios más recientes, publicado en 2016, hubo reducción en los melanomas de los ratones tratados con el agua. Sin embargo, esta relación todavía es controvertida, aunque los autores del estudio dicen que «es concebible que el control de los desequilibrios del pH a nivel de los órganos y de los tejidos que son objeto de las terapias actuales anticáncer pueden representar una nueva herramienta eficiente para mejorar la calidad Eficacia de las drogas y que estos resultados van a promover nuevas investigaciones sobre el uso combinado de los agentes de quimioterapia e inmunomoduladores usados en el tratamiento del cáncer.
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