No solo somos lo que comemos, también como lo hacemos influye mucho en nuestra salud digestiva, en esta nota te lo explicamos mejor.
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La Universidad Cristiana de Texas realizó un estudio, publicado en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, el cual indica: ingerir despacio aporta significativamente a la salud de nuestro organismo, pues ayuda a eliminar el estrés de la cotidianidad.
Cuando se sigue esta indicación, se consume, además, mayor cantidad de agua y menos calorías; se dedica más tiempo para agradar al paladar y al olfato; aumenta la sensación de saciedad y hay menos molestias digestivas.
Por si fuera poco, hacerlo lento permite disfrutar el gusto, la textura, el aroma y color de los alimentos.