Un cubano, que reside en La Habana, ha descubierto una inusual manera de fermentar, de forma casera, las frutas tropicales para los vinos, con un método profiláctico.
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Todos los días Orestes Estevez junto a su esposa e hijo llenan botellas con 20 litros de vino y con un mezcla secreta que no comparten con nadie. Los condones se ponen encima de la boca de las botellas de vidrio, llenas con una cantidad de ingredientes, incluyendo uvas, banano, jengibre y berros.
Cuando los condones se inflan significa que la mezcla de las frutas se ha fermentando y produce gases. Es decir, una vez el condón colapse, el producto está listo para ponerse en botellas.