A lo largo del día podemos llevar a cabo pequeñas acciones que nos ayudarán a ahorrar agua en tres momentos clave: al ducharnos o asearnos, al lavar la ropa y al cocinar o regar.
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Al ducharse y/o asearse
Ahorra agua en la ducha. Cierra el grifo mientras te enjabonas y sigue este orden
- Enjabónate el cuerpo.
- Enjabónate la cabeza.
- Aclara la cabeza.
- Aclara el cuerpo. De esta forma, ahorrarás agua, porque mientras te aclaras el pelo, parte del cuerpo también se aclara y luego cuesta menos terminar el proceso, además de que se necesita menos tiempo.
Al lavar la ropa
- Pon la lavadora a carga completa. A la hora de hacer la colada, intenta llenar la lavadora en toda su capacidad y si no tienes suficiente ropa, utiliza un programa de media carga.
- Elige una lavadora de alta eficiencia (etiqueta ecológica y de eficiencia energética “A”) Con éstas, podrás ahorrar hasta un 50% el consumo de agua y electricidad en cada lavado.
Al cocinar o regar
- Usa un recipiente con un poco de agua para lavar varias piezas de fruta y vegetales a la vez, en vez de lavarlas una por una bajo el grifo. Con este pequeño gesto ahorrarás una gran cantidad de agua que de otro modo se desperdiciaría por el fregadero.
- Utiliza sólo el agua necesaria en la preparación de un té o una infusión. Además de un ahorro de agua, el uso de la energía para calentarla será más eficiente.
- No malgastes agua aclarando los platos antes de ponerlos en el lavavajillas. En los antiguos se recomendaba repasar primero pero los aparatos modernos son tan poderosos que suelen ser capaces de limpiarlo todo, por muy incrustado que esté.
- No dejes el agua correr si lavas los platos a mano: rellena primero el fregadero, lávalos y acláralos al final. La cantidad de agua que se pierde dejando el grifo abierto es mucho mayor de lo que parece.
