Kari JoAllen decidió convertirse en una sirena para demostrar que ningún sueño es imposible y que los límites no existen. Dentro del agua, y cuando luce sus colas llenas de brillantes escamas, grandes y chicos le llaman «Kariel», la sirena que juega con los más pequeños y atrae a los adultos con su sorprendente facilidad para nadar.
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