A muchos nos sucede que nos cuesta comenzar a tener una rutina de ejercicios. Otros creen que se trata de una moda en las redes sociales estar en la onda del «fitness».
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Las personas que deseen hacer ejercicio debe comenzar a ver la rutina como una diversión y no como una obligación. Una vez que se comienzan a ver los cambios y los resultados va motivando mucho más a la persona.
¿Cuál es la importancia de hacer ejercicio o ir a un gimnasio? ¿Por qué la mayoría lo deja? Es una de las preguntas que muchas personas se hacen. Hasta los entrenadores se preguntan el por qué cada vez que un alumno ya no regresa al gimnasio pasado el primer o segundo mes.
El factor principal es la motivación. Nada en la vida se mueve sin motivación. Es tener certeza de que el principal protagonista de todo lo que hagas eres tú mismo y para ti mismo, la fuerza motora no proviene de tu entrenador, ni de su mal servicio, ni del dinero, porque deporte se puede hacer en casa o al aire libre. Las excusas siempre van a estar, los peros y la flojera.
¿De dónde saco la motivación?
La motivación se genera de una serie de pasos que nos mueven a actuar. Para que desees moverte, primero necesitas saber hacia dónde moverte. Esa es la motivación, en éste caso te mueve algo que es para ti, algo que te beneficie, que te haga sentir bien. En pocas palabras, amor hacia ti mismo.
Uno de los trucos para conseguir una motivación es sentarme a pensar en el “por algo empecé lo que empecé”.
Recordar las razones y el famoso ¿Para qué?.
¿Para qué fui a pedir informes al gimnasio?
¿Para qué salgo a correr en las noches?
¿Para qué leo sobre dietas y artículos fitness?
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Por algo estás aquí, y eso es un gran indicador y un paso hacia adelante.
El solo hecho de recordar tu decisión de meterte a un gimnasio, te va a colocar en el momento inicial, y te dará el enfoque que necesitas para que brote esa energía que tuviste cuando tomaste la decisión de cambiar tu estilo de vida.
Todos en algún momento empezamos desde cero y cada persona se debe enfocar en su propio objetivo. Que no te importe si el que está a tu costado tiene una malla apretadita y muestra los bíceps o abdomen marcadito, tú no tienes idea del esfuerzo, disciplina y todo lo que tuvo que pasar para lograrlo. Al gimnasio no se va a competir o a modelar. La meta principal es el de mejorar el bienestar y la calidad de vida.
Fuente: RPP.pe