Un grupo de psicólogos de la escuela Royal Holloway, de la Universidad de Londres, realizaron un estudio con el propósito de saber si el atractivo de una persona es un rasgo fijo, o puede cambiar dependiendo de su entorno.
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Entre los resultados, publicados en la revista Psychological Science, los investigadores encontraron que agregar estos “rostros distractores” hizo que el nivel de atractivo de las caras originales cambiara, mejorando o empeorando de acuerdo a qué tan guapo o no era el segundo rostro.
En otras palabras, si te rodeas de personas menos atractivas que tú, podrías ser percibido como más guapo de lo que eres. Pero, si te rodeas de personas más guapas, entonces podrías terminar siendo el patito feo del grupo.
Hasta ahora se había entendido que el nivel de atractivo de una persona era algo constante”, comentó el Doctor Nicholas Furl, autor del estudio.