Estilo de Vida

El adolescente más alto del mundo mide 2.38 y seguirá creciendo

Los médicos creen que el trastorno genético que sufre el adolescente hará que siga creciendo

Broc Brown, considerado ya como el adolescente más alto del mundo, tiene 19 años y mide 2,38 metros. El joven estadounidense, que vive en la ciudad de Jackson (Michigan) padece un extraño síndrome que afecta únicamente a una persona entre 1.500.000.

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Los médicos creen que el trastorno genético que sufre Brown hará que siga creciendo hasta superar al turco Sultan Kosen, que ostenta el récord mundial con 2,51 metros. Ya en primaria medía 1,89 y cuando entró en secundaria había superado con creces los dos metros.

Broc Brown, considerado ya como el adolescente más alto del mundo, tiene 19 años y mide 2,38 metros. El joven estadounidense, que vive en la ciudad de Jackson (Michigan) padece un extraño síndrome que afecta únicamente a una persona entre 1.500.000.

Los médicos creen que el trastorno genético que sufre Brown hará que siga creciendo hasta superar al turco Sultan Kosen, que ostenta el récord mundial con 2,51 metros. Ya en primaria medía 1,89 y cuando entró en secundaria había superado con creces los dos metros.

Al dolor, hay que sumar los enfados descontrolados que sufre de forma intermitente y que solo pueden afrontarse tomando medicación. Su madre, Darci, habla así de esos episodios: «Cuando se enoja se pone como loco. No le llevarían muchos segundos hacer un agujero en la pared. Pero él más que bueno y dulce. Su corazón es tan grande como su cuerpo».

Los pies de Broc miden 62 cm de largo, por lo que toda la ropa y el calzado debe hacerse a medida por lo que llenar su armario resulta muy caro.

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Sus muebles también son personalizados, su cama o una silla de 1.000 dólares, son solo algunos ejemplos de lo costoso que es para este adolescente llevar una “vida normal”. Sus vecinos, conscientes del problema que supone esto para la familia, organizaron una recaudación de fondos con la que lograron reunir 100.000 dólares para ayudarles a costear todo.

Ahora, Broc busca trabajo, como dependiente o cajero en un supermercado, y dice que le gustaría no sentirse tan distinto al resto de la gente: «Me encantaría dejar de crecer. Ya es demasiado. Pero es lo que me tocó».

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