Según reseñas históricas, el consolador femenino siempre tuvo una función medicinal y no erótica. De hecho, según el tratado de medicina escrito por Pieter van Foreest, la realización de masajes genitales era recomendado para controlar la histeria femenina.
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La técnica que data del siglo 1 a.C; para que el tratamiento fuera efectivo era necesario llegar al «paroxismo de la excitación», es decir el orgasmo; solo en ese momento se podía clamar a la afligida.
Con diversos materiales se han fabricado consoladores desde épocas remostas de la historia. A este se le sumaron técnicas como hidromasajes, chorros de agua.
En el siglo XIX, el médico británico Joseph Mortiner Grandville contribuyó a fabricar el vibrador electromecánico en 1880. De esta época no se registra información acerca del erotismo alrededor del uso de este instrumento. De hecho, los médicos preferían delegar la función de aplicar esta técnica a enfermeras y comadronas debido a largo periodo de tiempo y destreza manual para alcanzar el «paroxismo».
Fuente: Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad.