Los seres humanos tienen una vida acelerada que se divide en trabajo, tareas de la casa, estudios… pero la nueva tendencia se basa, específicamente, en tener un estilo de vida saludable y para ello se ejercitan y mantienen una buena alimentación.
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Sin embargo, gran parte de las personas viven con estrés y que compaginado con malos hábitos alimenticios termina usualmente desembocándose en problemas de salud en el futuro.
Cuándo esto pasa, el organismo sufre una descompensación en su nivel de pH, un factor vital del que poco conocemos.
Pero, ¿Qué es el pH?
Se trata de una medida utilizada por la química para averiguar la acidez o la alcalinidad de una sustancia, por lo general en su estado líquido. La escala del pH se establece en una recta numérica que va desde el 0 al 14, siendo el 1 lo más ácido y 14 lo más alcalino. La medida del 7 corresponde a soluciones neutras.
El cuerpo humano regula su pH mediante un proceso fisiológico como el respiratorio o renal, sin embargo los alimentos que consumimos juegan un papel importante en nuestro nivel de pH, por ejemplo comer más alimentos alcalinos (frutas, verduras, frutos secos) ayuda a cambiar el pH del cuerpo y oxigena el sistema, lo mantiene sano y hace que funcione correctamente.
La reducción del pH en nuestro cuerpo se debe a diversos factores, pero lo que más destacan son la mala nutrición y el estrés. El excesivo consumo de carnes, cereales, azúcar y productos químicos elevan el grado de acidez en nuestro organismo. Si a esto le sumamos el estrés por la vida agitada que llevamos, genera que nuestro cuerpo acumule más ácidos, provocando que ciertas hormonas nos tensionen y dejen residuos en el organismo.
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Las consecuencias de la reducción de PH en el organismo conlleva a que el sistema inmunológico se debilite, impidiendo el funcionamiento correcto y adecuado de las células del cuerpo e incluso llegando a provocar enfermedades y/o padecimientos crónicos como diabetes, migraña, obesidad, cáncer, gastritis, osteoporosis, entre otros. Además este desequilibrio genera agotamiento y sensación de hambre debido al nivel elevado de acidez en el organismo.
Es importante generar conciencia en conocer más de nuestro cuerpo y como cuidarlo con pasos muy sencillos como moderar el consumo de lácteos y carnes, seguir una dieta rica en frutas como manzanas, guineo, naranja, coco, piña, sandía; verduras como tomate, apio, pepino, cebolla, entre otros.
Existen también la opción de consumir agua alcalina que funciona como un antiácido natural, combatiendo problemas comunes como el reflujo ácido. Estas recomendaciones, sumadas a una práctica regular de ejercicios, ayudan en gran parte a elevar el nivel de pH en el organismo, mejorando y prolongando la calidad de vida de los seres humanos.
