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Un hecho insólito sucedió hace pocos días en el hospital Virginia Mason: Tucker, una tortuga marina rescatada de la costa de Seattle, fue tratada en una cámara hiperbárica, convirtiéndose en el primer animal en recibir este método.
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El reptil fue hallado en un pésimo estado de desnutrición. Además, no podía nadar y tenía problemas de flotabilidad. Luego de ser rescatada en la zona costera de la ciudad fue llevada al Acuario de Seattle, donde se determinó que tenía burbujas de aire en el tubo digestivo por lo que no podía bucear.
Justamente, al no poder desenvolverse en su medio natural, el animal estaba privado de sus fuentes de alimentación y se veía condenado a flotar a la deriva por la superficie del mar.
La veterinaria Lesanna Lahner, junto a James Holm, director médico del Centro de Medicina Hiperbárica y la enfermera hiperbárica Alyson Barger, trabajaron juntos para quitar el gas innecesario que tenía Tucker en sus órganos. «Tucker toleró bien el tratamiento y se encuentra actualmente en seguimiento», explicaron desde el acuario.