El dato habla por sí solo: del casi 3% de hombres que antes se operaba por alguna razón estética, la cifra ya llega actualmente al 20%, en países como España por ejemplo.
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Los sectores especialistas en cirugía plástica y estética consideran que el 20% de las operaciones de este tipo que se hacen en la actualidad son protagonizadas por hombres.
La situación marca claramente una tendencia en aumento y contraria a lo que ocurría en el pasado, cuando hace sólo un par de décadas este número no superaba el 3%.
Rinoplastia (nariz), lipoescultura y arreglo de párpados (blefaroplastias) son las principales operaciones que se realizan los hombres hoy en día. El patrón que se busca es claro: juventud, dinamismo y belleza masculina.
Por lo general, los varones visitan al cirujano plástico por las molestas bolsas en los párpados y la nariz aguileña. Pero, lo que urge a la mayoría es disminuir su abdomen y los rollitos de la espalda con una liposucción o una lipoescultura. También optan por reducir las mamas masculinas.
La cirugía en estos requerimientos eliminan tejido glandular sobrante mediante. A veces se combina con lipoescultura, para aspirar el depósito de grasa localizado.
Lo otro que le quita el sueño al género masculino es la pérdida de cabello. Y ahí la respuesta más moderna es el implante capilar, que consiste en extraer cierta cantidad de unidades foliculares (cabello) de la misma persona de una zona (donante) y colocarlas en otra (zona receptora).
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Se trata de una intervención ambulatoria y salvo contados casos, los resultados son bastante buenos para quienes se someten al procedimiento.
Finalmente, entre las preferencias masculinas en el quirófano de la belleza se ubica el respingado de nariz o la rinoplastia. Los expertos acotan que dicha intervención trae otro beneficio, plenamente ligado a la salud: elimina el ronquido gracias el levantamiento de la punta nasal.