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Todo el que disfruta tomando una cerveza de vez en cuando conoce el poder refrescante de este dorado y espumoso líquido. Además, también hidrata pues está compuesta por un 92% de agua. Pero, este no es ni su único beneficio ni, tampoco, el más impresionante.
Retrasa el envejecimiento
Que nadie se crea que si bebe cerveza vivirá durante más años, tampoco será joven eternamente, ni tardará más en llegar a viejo. Tomarse una cerveza no es equivalente a una pócima mágica.
Lo que ocurre con la cerveza es que tiene moléculas que propician un efecto antioxidante en nuestro cuerpo, indica el Dr. José Antonio Donaire de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. La oxidación es un proceso fisiológico que nos ocurre a todos y que nos hace envejecer.
Lo que hace la cerveza es frenarla gracias a unas moléculas llamadas polifenoles, que se encargan de llevar a cabo el efecto antioxidante. “Se trata de compuestos bioactivos que han desarrollado las plantas para protegerse del sol, de las plagas y de la sequía” explica el experto en medicina interna y nutrición, Ramón Estruch. Al tomar los alimentos que provienen de plantas estamos ingiriendo estos compuestos y con ellos sus beneficios protectores.
Beneficios cardiovasculares
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Una de las principales causas de muerte en el mundo son las enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio y el ictus, indica Estruch. Precisamente su último estudio, Prevención primaria de enfermedades cardiovasculares a través de la dieta mediterránea, es el más reciente -asegura Donaire- en revelar las propiedades que aportan alcoholes fermentados, como el vino y la cerveza.
“Hay varios estudios que señalan que las personas que beben con moderación tienen menos riesgo que los abstemios y que las personas que beben mucho” matiza Estruch. Esto le llevó a investigar por qué hay mecanismos de las bebidas fermentadas que tienen un efecto protector. El resultado: tienen un efecto antiinflamatorio.
Por un lado descubrieron que la presión arterial bajaba más con el consumo de la cerveza sin alcohol. Es decir, que los componentes no alcohólicos de la cerveza reducen el riesgo de padecer un problema cardiovascular. Por otro, el aumento del colesterol bueno viene de la mano de la cerveza con alcohol y este es fundamental para proteger las paredes de nuestras venas y arterias, y evitar así los infartos.
Otros beneficios
El Dr. Estruch pone el acento en los aspectos antioxidante y antiinflamatorios de esta bebida, pero afirma que no son los únicos.
Para los huesos: la cerveza tiene un contenido alto en silicio. Algo que, explica Donaire, tienen muy pocos alimentos y “ejerce un proceso enlentecedor en la osteoporosis”.
Es baja en sodio y alta en potasio: “esto es bueno sobre todo para los hipertensos” asegura el Dr. Donaire. De hecho, según explica Estruch, “la clave a nivel global es tomar menos sodio y aumentar el nivel de potasio”. El sodio genera hipertensión y problemas gástricos, renales y óseos. Mientras que, el potasio tiene un sirve como regulador para nuestras células.
Para la menopausia: los polifenoles de la cerveza también “actúan como hormonas -afirma Estruch- que ayudan a reducir los síntomas de la menopausia”.
¿Engorda o no?
Una de las cosas que siempre se ha ligado al consumo de cerveza es engordar. Pero, ¿es un mito o es la realidad?
Aunque, como con todo, depende de la cantidad y con qué la acompañes, Estruch asegura que en su estudio han “comprobado que -en un periodo de 5 años- los bebedores de cerveza con moderación y que lo hacen dentro de un paraguas de una dieta saludable mediterránea no engordaban, ni aumentaban el perímetro abdominal”.
Sin embargo, nada de esto quiere decir que debamos emborracharnos a cervezas cada día, ni mucho menos.
La cantidad indicada
“Todos estos beneficios son para aquellas personas a las que les gusta consumir eventualmente una cerveza, pero no se trata de que aquellos a los que no les guste deban empezar a hacerlo” asegura el Dr. Donaire.
Para los que si disfrutan de tomarse una caña de vez en cuando: la clave está en la moderación. Ambos expertos coinciden en que la cantidad indicada es una cerveza para las mujeres y dos para los hombres. El porqué de la diferencia entre géneros lo explica el Dr. Estruch: “Las mujeres tienen solo una encima en la pared del estómago que para metabolizar el alcohol, mientras que los hombres tienen más. Por esto, a ellas les sube más el alcohol en sangre”.
Tampoco se recomienda su consumo diario. Aunque, aclara Estruch, que tomar una cerveza al día llegando a un máximo de cinco a la semana -ni todos los días, ni todas en el mismo día- y siempre acompañada de comida sana puede aportarnos todos estos beneficios.
¿Nadarías en cerveza? La posibilidad es real ¿Dónde?
Fuente: La Vanguardia