Aunque parece algo propio de la ciencia ficción, la nanotecnología ha avanzado tan vertiginosamente en los últimos años que ya se han logrado diseñar y fabricar híbridos de espermatozoides robots con cierta autonomía y capacidad de fecundación: los Spermbots.
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Son básicamente híbridos entre espermatozoides y robots que son capaces de nadar por los fluidos corporales de una manera controlada, dirigiéndose a un sitio determinado, en este caso, al óvulo.
Para fabricarlos, los científicos emplearon un espermatozoide de toro, que es muy similar en tamaño al de los seres humanos, y lo rodearon de un conjunto de microtubos magnéticos de 50 micras de largo y de solo 5 a 8 micras de diámetro. Para su uso, se harán varias pruebas en mamíferos antes de realizar ensayos clínicos en los seres humanos.
Los espermatozoides son, según los autores de este híbrido robot, una opción muy atractiva desde el punto de vista médico ya que son totalmente inofensivos para el cuerpo humano, además de que no requieren de fuentes de alimentación externa. Esto los convierte en el motor perfecto para el diseño de los nanorobots que se pretende que viajen por el interior del cuerpo humano con fines terapéuticos.
Los científicos ven una aplicación más allá de la relacionada con la fecundación, pues opinan que su mayor potencial está en que podría ser empleado como un sistema ideal de transporte de medicamentos. Podrían cargar con dosis específicas de ciertos fármacos y dirigirse a células o tejidos determinados (como los cancerígenos).