Más de 73 años casados pero con un romance que supera las ocho décadas, así de extensa fue la relación que mantuvieron la reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo. Fotografías han revelado cómo el transcurso de los años afectaron a su estado físico y el cambio es significativo.
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La historia de amor nació cuando se conocieron a temprana edad. En la tercera década del siglo XX Isabel era la princesa, hija del rey Jorge VI, y tuvo un primer encuentro con Felipe quien era mayor con 5 años; ella tenía 13 y él 18.
Fue en una visita al barco Britannia Royal Naval College (1939) cuando Felipe tuvo una primera charla con Isabel. Él sobrevivía gracias a la paga que ganaba por su trabajo, sin más dispendios.
Tuvo que pasar 4 años, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Felipe asistió a una fiesta en el castillo; en ese momento se prendió una chispa que duró 80 años.
Felipe regresó al castillo en un permiso ese mes de julio, y allí se sintió querido y acogido por una vida en familia de la que apenas había disfrutado antes.
¿Cómo empezó la relación más longeva de la corona británica?
Los jóvenes comenzaron a enviarse cartas mientras él servía en la guerra y ella estaba refugiada en el castillo de Windsor. En el verano del 43, Felipe le propuso matrimonio a Isabel, aunque el rey pidió esperar a que la joven cumpliera 21 años.
Fue ya al acabar la contienda cuando comenzó realmente su relación, que culminó con una gran boda en la abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947.
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Producto del matrimonio tuvieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo. Esta relación supo soportar todo tipo de contratiempos, entre ello las infidelidades y juegas de Felipe.
Este viernes 9 de abril esta familia cierra la puerta a una etapa que nunca volverá con la muerte a los 99 años del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón de Greenwich.
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