El músico quiteño que vino de la selva amazónica, Mateo Kingman, presentó el pasado 26 de julio su nuevo disco «Astro», que catalogó de «muy personal» en una entrevista con este Diario. El álbum ya está disponible en todas las plataformas digitales de música.
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El ecuatoriano ya anticipó un poco de lo nuevo con un single junto a Gustavo Santaolalla llamado «Último Aliento» , donde demuestra ese encuentro ecuánime entre lo ancestral y el cosmos. «Antes de que me vaya quiero convertirme en calma y en cada portal que abra dejar un pedazo de mi alma «, dice la letra. «Y cuando me vuelva eterno seré nada más que nada, pájaro de la quebrada, aliento del universo», resume la canción.
El disco tiene 11 canciones que te llevan a viajar por el universo mientras descubres el interior del artista.
Mateo empezó a grabar su disco en abril del 2018. «Este disco es bien distinto, he dejado un poco la música electrónica y he colocado algunos ritmos urbanos pero mantengo lo andino latinoamericano«, dijo el cantante. «Es un disco muy instrospectivo; hay un trabajo de búsqueda en mi interior, de mis miedos y de mis inseguridades, pero también de las alegrías, en general, como de todo lo que me sucede adentro».
Astro es su segundo álbum, el primero se llamó Respira (2016) con el que fue reconocido internacionalmente y asistió a festivales de música en países de Europa y Latinoamérica.
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En septiembre del 2019 iniciará una gira internacional por Europa para presentar esta nueva producción.
El 15 de noviembre lanzará «Astro» en el Teatro Sucre, donde anticipó que el show contará con una tecnología que nunca se ha usado en Ecuador ni Latinoamérica. «Vamos a usar unas luces láser y unas luces tipo esferas que tienen movimiento».
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Después del lanzamiento, Mateo Kingman arrancará su gira por Latinoamérica (Santiago de Chile, Bogotá, México y Buenos Aires) y posteriormente a Europa.
Mateo Kingman pertenece a la nueva generación de músicos latinoamericanos. Tiene 27 años, nació en Quito pero creció en Macas, pueblo de la Amazonia.
Su acercamiento a la música surgió a los 15 años cuando empezó a componer y la principal inspiración de sus canciones eran sus vivencias en la selva ecuatoriana y la conexión con este entorno. Antes de dedicarse a la música, Mateo fue atleta de la Concentración Deportiva de Morona Santiago, donde representó al país en varias competencias internacionales. «Yo corría 110 metros con vallas, pero dejé el deporte por la música», agregó.
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