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Payaso de Big Apple Circus renuncia por violencia sexual

The Associated Press no identifica a personas que dicen ser víctimas de violencia sexual a menos que éstas decidan contar públicamente sus historias.

(Chitose Suzuki/AP)

Un querido payaso de circo conocido como “Grandma the clown” renunció al Big Apple Circus tras denuncias de que presionó a una equilibrista de 16 años a posar para fotos pornográficas.

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El presidente del circo, Neil Kahanovitz, dijo al New York Times el martes que Barry Lubin, de 65 años, presentó su renuncia el viernes, poco después de que la equilibrista, ahora una adulta, se pronunciara.

Los señalamientos «son ciertos. Lo que hice estuvo mal, y asumo la total responsabilidad de mis acciones», dijo Lubin, quien se disculpó en un comunicado difundido por su abogado.

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La acusadora, Zoey Dunne, dijo que conoció a Lubin mientras estaba de gira con el circo Smirkus, una compañía circense juvenil con sede en Greensboro, Vermont. En el 2004, Lubin la contactó y le ofreció que trabajara con el grupo infantil del circo Big Apple. Entonces la convenció de que modelara, presumiblemente para su negocio personal de fotografía.

The Associated Press no identifica a personas que dicen ser víctimas de violencia sexual a menos que éstas decidan contar públicamente sus historias.

Dunne, que ahora estudia un doctorado en psicología escolar, inicialmente habló con el circo sobre el comportamiento de Lubin en el 2012. El payaso había dejado recientemente el Big Apple, y un directivo del circo le dijo que reconocían la seriedad de sus acusaciones, pero que era poco lo que podían hacer entonces.

El circo cambió de dueño a principios del 2017 y hace tres meses Dunne se enteró a través de Facebook que Lubin había regresado.

«Vi este anuncio que decía ‘¡Grandma ha vuelto!'», dijo el lunes, «y casi vomito en el autobús».

Kahanovitz dijo que no había escuchado antes sobre esta denuncia. Le dijo a Dunne, tras recibir su carta: «Consideramos los alegatos presentados en tu correspondencia muy alarmantes».

Dunne dijo que Lubin le dijo que estaba posando para una compañía japonesa de tatuajes pintados. Luego que ella se negó a quitarse la ropa interior, él le indicó que se cambiara a una tanga, abriera las piernas y sostuviera un pincel con su zona genital.

Dijo que la compañía de tatuajes superimpondría una imagen de un tatuaje en la cara interna de su pierna y que, para conseguir el mejor ángulo y mostrar la mayor cantidad de piel, debía correr su ropa íntima hacia un costado. La adolescente obedeció.

Dunne dijo que luego vomitó y que trató de salirse de una segunda sesión de fotos, pero que finalmente accedió.

Dijo que les contó lo sucedido a sus padres alrededor del 2008, mientras estaba en terapia, y que después acudió a la policía de Nueva York en 2011 o 2012, pero le informaron que el plazo para presentar su denuncia había prescrito.

Lubin, en un comunicado, se disculpó con Dunne usando su apellido de soltera. «Sé que lo que ocurrió ha tenido un impacto perdurable en su vida, y lo lamento», dijo. «No solo le fallé a la señorita Phillips, también fallé en mi responsabilidad como hombre, como adulto, como padre y como un representante del Big Apple Circus».

Además de trabajar con el circo Big Apple, Lubin fue miembro honorario de la junta directiva del circo Smirkus y un instructor en su campamento de verano.

La directora ejecutiva del circo Smirkus, Jennifer Carlo, dijo que Lubin fue empleado por periodos breves durante los veranos de 2016 y 2017 en Greensboro para ayudar a entrenar a la compañía antes que saliera de gira.

«Obviamente, hemos roto relaciones con el señor Lubin», dijo Carlo. Señaló que el circo no había recibido ninguna queja sobre su conducta y que no supo de las experiencias de Dunne hasta que fue contactada la semana pasada. AP

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