Sid Luft, exmarido de la actriz Judy Garland, protagonista de la cinta El Mago de Oz, en un compilado post mortem reveló los detalles oscuros de la conocida actriz.
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En la recopilación cuenta que la estrella fue abusada a los 16 años por actores que trabajaron con ella en el clásico del cine. Además, luchó durante años contra la depresión y la adicción a la drogas.
Garland tenía sólo 16 años cuando hizo el papel de Dorothy en la película clásica, El Mago de Oz, en 1939.
Luft, el segundo de los cinco maridos de Garland, comenzó a escribir su libro de memorias tras su divorcio de la actriz en 1965. Luft murió en 2005 y el libro sin terminar fue descubierto hace un año entre sus archivos. Ahora fue publicado como Judy and I: My Life with Judy Garland.
En la publicación, Luft relata que los actores enanos que aparecían en la cinta agredieron sexualmente a la actriz durante la filmación, según recopila Infobae.com.
«Creían que podían salirse con la suya porque eran muy pequeños. Ellos le hicieron la vida desgraciada en el set poniendo sus manos debajo de su vestido», detalla Luft, quien fue marido de Garland durante 13 años.
Este suceso la marcó. Sufrió una adicción de por vida a los medicamentos recetados le generó la muerte de una sobredosis con sólo 47 años en 1969.
Continuó con abuso de sustancias, dietas peligrosas y varios intentos de suicidio. De todo esa y más fue testigo Sid, el segundo de los cinco maridos de Garland.
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Además comenta desde cuándo inició su amor. «Descubrí que Judy era diferente a las otras mujeres. Era desinhibida, se entregaba completamente a todas sus pasiones». Días más tarde el productor halló algo en el cuerpo de Judy que lo angustió. Nunca se animó a preguntarle acerca de las cicatrices delgadas que tenía en sus muñecas.
Al poco tiempo de vivir juntos también vio de primera mano el abuso de anfetaminas de la actriz, pero no fue ninguna sorpresa. «Estaba casada con las drogas antes de que conocerme a mí, y ella nunca se separó».
Sin embargo, su consumo de drogas se aceleró después del nacimiento de su primera hija, Lorna Luft en 1952, cuando Judy sufrió depresión posparto. Una noche Sid corrió a su casa después de recibir una llamada deseperada que le decía que Judy se había encerrado en el baño y temían por su vida. «Judy estaba encerrada en el baño (…) Finalmente pude entrar y la levanté. Se había cortado el cuello con una cuchilla de afeitar».