La escritora Sara Novic, de Brooklyn, Nueva York, tuvo que volar el pasado viernes junto a una callada compañera de viaje, una muñeca a la que su dueño había comprado un billete.
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El hombre reservó un asiento de avión para su muñeca Barbara bajo el mismo nombre de juguete para visitar una réplica gigante del arca de Noé en Cincinnati (Estado de Ohio), indica Novic.
Según la escritora, una azafata explicó al hombre que la próxima vez el billete no tiene que estar a nombre de la muñeca, ya que «la TSA trataba frenéticamente de cotejar el nombre y la fecha de nacimiento que proporciona» hasta que se dieron cuenta de la muñeca no era una persona real.
https://twitter.com/NovicSara/status/779279461623533568
https://twitter.com/NovicSara/status/779295573253820416
El viaje
Además de la muñeca, el hombre también trajo consigo «un montón» de plátanos para comer durante el vuelo. Tras una escala de dos horas, cuando Novic pensaba que se había liberado del hombre y de su querida Barbara, estos volvieron a sentarse a su lado.
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«Estoy a su lado derecho esta vez. Por si acaso necesitaban una mejor vista», bromea la escritora.