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A pesar de que Lindsay Lohan presumía en su cuenta de Instagram los gratos momentos que estaba pasando con su novio ruso Egor Tabarasov, el sábado pasado aconteció un evento que captó la atención de los medios, ya que la pareja que comparte un departamento en Londres tuvo una fuerte discusión en la propiedad.
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Vecinos alertaron a la policía respecto a una pelea en la casa de la pelirroja, luego de que ella colapsara en el balcón de su inmueble gritando: «Quería matarme, me estranguló, casi me mata».
La policía llegó al lugar de los hechos encontrando a la también modelo de 30 años junto a su pareja de 22.
Tras revisar la propiedad se encontraron claros daños en la puerta de entrada, los cuales parecían patadas. Los agentes que sistieron a su departamento en Knihtsbridge el sábado 23 de julio a las 5 de la mañana, informaron que en el interior de la casa todo se encotraba en orden.
Al respecto, uno de los vecinos informó al tabloide «The Sun» que la riña había despertado a todos los vecinos: «Sus gritos nos despertaron, yo estaba preocupada por su seguridad, sonaba como que necesitaba ayuda».
Otro vecino mencionó: «Pensé que algo grave había sucedido, el silencio de la noche se rompió con terribles gritos maldiciendo y llorando».
A pesar del dramático suceso del sábado, al día siguiente Lindsay fue vista salir de su hogar tranquila vistiendo una chaqueta blanca y zapatos de tacón.
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Al respecto, la exestrella de «Mean Girls» realizó algunas publicaciones en Twitter donde menciona que terminó con su novio por supuestamente dormir con prostitutas rusas.
Según informes del tabloide británico, Lindsay explotó al encontrar mensajes en el celular de su pareja donde lo vinculaban con otras mujeres.
Este desencuentro se produce solo a días después de que los tortolitos protagonizaran una sonada discusión durante sus vacaciones en Miconos (Grecia). Según el diario «The Sun«, la pareja se encontraban en el club Chinawhite cuando ella vio un mensaje en el móvil de él que no le hizo ninguna gracia. Tras una acalorada discusión, la actriz lanzó el teléfono al mar y él le arrojó una bebida en la cara. Según los testigos, la seguridad del local tuvo que intervenir. Ella se marchó del lugar y él continuó divirtiéndose como si nada hubiera pasado.