El estreno del capítulo 47 de Dragon Ball Super marcará una era para los fanáticos por dos razones: El regreso de Trunks del futuro a la serie y la aparición del más poderoso villano hasta ahora conocido: Black Gokú.
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Tal como se había adelantado, el hijo de Vegeta es incapaz de hacerle frente a este nuevo enemigo, quien con una apariencia oculta cobró su primera víctima en este episodio.
Se trata de la madre de Trunks, Bulma, quien estuvo trabajando incansablemente en la fórmula para que su hijo puediera viajar en el tiempo y encuentre ayuda.
Tras este asesinato, Trunks huye y se encuentra con Mai, otrora secuaz de Pilaf, quien decide convertirse en carnada para este nuevo villano y permitir que el héroe llegue a la máquina del tiempo.
Sin embargo, su rifle no significa ningún contratiempo para Black Gokú y termina malherida. Momento en que poco a poco, el villano comenzó a mostrar su verdadera identidad.
Consiste en un tipo con la misma apariencia que Gokú, pero con un potara verde (arete para la fusión) y un particular odio por los saiyajin.
Paralelamente, en el universo del pasado aún no se percatan de lo que está por venir. ¿Podrá Trunks llegar finalmente al pasado?