Hace unos días conocíamos que en Noruega el número de personas que no creen en Dios ha superado por primera vez en su historia a las que sí creen. En Gran Bretaña, en el período que va de 1983 a 2014 los ateos han pasado de ser un tercio a representar la mitad de la población. En EEUU un quinto de la población se define ya como no creyente.
PUBLICIDAD
Ahora un estudio del consorcio internacional WIN/GIA viene a clasificar por países lo que parece un declive global de la religión.
La clasificación de personas definidas como ateas convencidas la encabeza China. En el país del sol naciente entre un 40 y un 49,9% de la población lo es. Un sistema de valores mixto entre confucianismo e ideología comunista podría explicar parcialmente estas cifras.
El segundo del ranking es el vecino Japón, con entre un 30 y un 39% de sus ciudadanos sin deidad confesada. También en esas cifras se mueve la República Checa. Los expertos coinciden en otorgar este ateísmo a un nacionalismo checo decimonónico que veía el catolicismo como parte de la invasión cultural austriaca. El protestantismo nunca llenó ese hueco y después llegó medio siglo de gobiernos bajo la órbita de la URSS.
En Francia los ateos suponen un quinto de la población. La separación Iglesia-Estado mantenida durante casi dos siglos y medio podría estar relacionada con una percepción más espiritual que intrínsecamente religiosa del mundo. Al país galo le sigue Australia, con una historia de igualdad religiosa que se remonta a 1788. A pesar de ser país de acogida de musulmanes y judíos, la religión parece en declive en el gran país de Oceanía.
Islandia cierra el sexteto ateo. Aunque muchos islandeses se definen como luteranos, y en la isla cohabitan diversos cultos paganos, casi una quinta parte se declara atea. Allí, el 0,0% de los jóvenes menores de 25 años creen que Dios creó el mundo.