Era julio de 1982 y Atari, una de las empresas de tecnología más exitosas, acababa de pagar unos 21 millones de dólares por los derechos para el videojuego de la nueva y taquillera película de Spielberg, «ET, el Extraterrestre«. Howard Scott Warshaw fue el programador sobre quien recayó la tarea de diseñar el juego.
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Sólo tuvo cinco semanas para hacerlo, pues ET iba a estar en las estanterías para esa Navidad. Su idea era un juego de aventura en el que el jugador tenía que ayudar a ET a llamar a casa mediante la colección de componentes con los cuales se podía fabricar un teléfono interplanetario.
Atari, necesitaba que ET fuera un éxito. En 1982, la ventas habían alcanzado su tope de 2.000 millones de dólares pero la empresa estaba perdiendo su posición en el mercado frente a las computadoras personales como Commodore 64, que podía hacer más que jugar juegos.
«Era un juego terminado pero ciertamente no era perfecto», reconoce Warshaw. «Había muchas maneras en las que, de repente, podías terminar en una situación rara. Fue demasiado para mucha gente e hizo que abandonaran el juego». Los usuarios se quejaron de que el personaje de ET se caía inexplicablemente dentro de fosas sin poder salir. Como un niño de 10 años comentó al diario The New York Times: «No era divertido».
«Después de la temporada navideña, las tiendas empezaron a devolverlo», dice Warshaw. «Se vendieron casi 1,5 millones de unidades pero necesitábamos vender cuatro millones. No fue suficiente». En un intento por evitar el colapso, se redujeron los precios y despidieron mucho del personal. Pero fue inútil y en 1984 Warner vendió a Atari por US$240 millones. Con esta decisión ET sería el último juego diseñado por Atari, es por eso que se le considera el peor juega de la historia.